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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 13:26

MARVEL FLORES, VOLUNTARIO DE BOMBEROS ANTOFAGASTA

“No supe ni el nombre de la niña que rescaté, fue muy doloroso”

El universitario de Arquitectura relata cómo fue la tragedia en Caranavi: “Debajo de la tierra se oía llanto y después de dos horas, ya nada”.
“No supe ni el nombre de la niña que rescaté, fue muy doloroso”


La imagen del bombero voluntario Marvel Flores fue impactante. En la espalda cargó el cuerpo sin vida de una niña. Su rostro fue reflejo de tristeza, cansancio, dolor, conmoción cuando está apoyado en una peña. Su ropa mostró lo complicado de la jornada cuando rescató a una de las víctimas del derrumbe en Caranavi, en La Paz.

Marvel es voluntario del grupo de Bomberos Antofagasta, de la Policía. Estudia el último año de Arquitectura. Tiene 34 años y fue convocado el sábado por la mañana a trasladarse hacia la zona de los Yungas paceños. La información que recibió era básica: ocurrió un deslizamiento en la carretera Caranavi-Yolosita, distante a 150 kilómetros de la ciudad.

Relata que antes que ellos ya fue una brigada y esta pidió refuerzos. “Fuimos cuatro personas. Cuando llegamos vimos que el accidente era grande. Eran muchos heridos y ya habían rescatado cinco cuerpos”.

Unieron tres cuerdas de 100 metros para llegar hasta el inicio del alud.

“Se escuchaban gritos, llanto e incluso golpes en algunos autos enterrados. Empezamos a buscar porque había vida. Cavábamos en un lugar, recuperábamos a heridos, pero de inmediato la tierra cubría todo y había que empezar de nuevo”.

“Con el capitán Ramírez encontramos otro herido que estaba en su auto”. Después de dos horas, ya no hubo sonido alguno debajo de la tierra.

En dos minibuses estaba una familia entera. “De más abajo encontraron a niños. Esperamos que llegue otra cuarta cuerda, pero el deslizamiento seguía y era peligroso, podía tapar los cuerpos. Era más fácil atar el cuerpo a mi espalda y subir con la niña”.

La menor de edad no debe tener más de ocho años. “Emocionalmente fue doloroso. Era complicado, muy complicado. En la parte de arriba ya había familiares que la esperaban. Entregué el cuerpo a la Policía que se encarga de llevar a la morgue. La familia estaba ya reconociendo el cuerpo. No supe ni su nombre. La dejé y volví a bajar de inmediato. Debíamos apurarnos porque seguía deslizándose el cerro”.

Solo en ese rescate se demoró una hora.

Recordó que como brigada recuperaron cinco cuerpos. “Estábamos entre oficiales y voluntarios. El teniente Claros, Maydana, el voluntario Zeballos y mi persona”.

El apoyo fue llegando de a poco. Había bomberos de Cochabamba, unos 10, igual de Oruro.

LOS HERIDOS Los heridos rescatados, además de sus lesiones estaban en shock. Preguntaban por familiares. Había impotencia.

“De un auto hemos sacado a dos familias, pero solo una señora estaba viva”.

Inicialmente, recibieron la información de que entre los vehículos sepultados estaba un bus. “Era nuestra prioridad porque se supone que como mínimo hay unas 30 personas dentro, pero nunca lo hemos hallado”.

Los vehículos eran particulares. Había uno último modelo, dos trufis, otro que no se sabía qué vehículo era porque estaba convertido en chatarra, con las llantas arriba.

“Abajo, también vi que un auto apareció en el otro lado del río. Estaban dentro ocho personas, seis adultos y dos niños. Los mayores pudieron salir nadando, pero el río se llevó el vehículo con los dos niños dentro”.



SEGUNDO IMPACTO Justo antes del segundo deslizamiento del domingo evacuaron a la última víctima a La Paz. Se disponían a almorzar, a algo más de las cuatro de la tarde. “La señora que servía empezó a gritar: ‘¡Se está cayendo, se está cayendo!’ Vimos cómo el cerro se desmoronaba”.

Los grupos de rescate se activaron otra vez. Murió una persona y algunas tuvieron fracturas.

“Había un señor que estaba enterrado hasta el cuello. Apareció a unos 60 a 100 metros debajo de la retroexcavadora. Él no podía moverse. Parecía que la maquinaria pesada se iba a caer sobre él, todo seguía deslizándose. Nos gritaba: ¡Váyanse. Ustedes más van a morir, váyanse!.

Marvel recordó lo que un sargento Ramos dijo: “No. Todos vamos a salir de aquí. No se puede dar por vencido. Mas bien ayúdenos”.

“Rescatarlo nos llevó mucho tiempo. Solo su cabeza se veía”.

De noche y luego de terminada la tarea se dispusieron a cenar y les empezó a caer piedras. “Dejamos los platos y nos pusimos a correr para evacuar. La zona afectada es de unos 10 kilómetros. Está muy inestable”.

Marvel se quedó en el lugar del accidente desde el sábado hasta el lunes, de madrugada. Volverá hoy.