Una nueva tragedia en las carreteras enluta a los bolivianos. El domingo, al promediar el mediodía, un bus de la empresa 23 de Marzo que viajaba de Tarija a Potosí cayó unos 150 metros por un barranco, dejando el trágico saldo de al menos 11 personas fallecidas y más de 25 heridos.

Según reportó a la agencia ABI el jefe de Bomberos de la Policía de Tarija, Roberto Siles, el siniestro sucedió en la zona de Cienaguillas, al noroeste de la ciudad de Tarija.

La autoridad también recalcó que la cifra de muertos difundida inicialmente era solo preliminar, ya que la gravedad en las heridas de algunos sobrevivientes ponían en riesgo sus vidas.

Otros medios de prensa brindaron la cifra de 13 decesos, pero este dato no fue corroborado por fuentes oficiales al cierre de esta edición.

Una mujer que se salvó junto a un niño de tres años relató al diario El Deber que antes de caer al precipicio el conductor advirtió que los frenos no le respondían. “No agarra freno, ha dicho el chofer y después nos embarrancamos. A mí me botó en la primera vuelta”, contó Virginia Zelaya, todavía en choque por el siniestro.

Este accidente se registra al día siguiente de que dos buses, de las empresas Imperial y Trans Azul, chocaran frontalmente en la localidad orureña de Challapata dejando a 22 pasajeros sin vida.

La tragedia repercutió incluso en el presidente Evo Morales, quien solicitó socorrer a víctimas e investigar las causas.