“¿Por qué y para qué trabajar con hombres que ejercen violencia?”, fue el nombre del simposio organizado por el Colegio de Psicólogos, en el hotel Toloma, donde se abordaron diferentes temáticas sobre la violencia doméstica.

Marco Ballesteros, psicólogo clínico de profesión que trabaja en la Organización No Gubernamental (ONG) suiza Inter Team, manifestó que en este evento se pudo conocer las perspectivas de intervenciones educativas que se están aplicando en Cochabamba mediante los Servicios Legales Integrales Municipales (SLIM), un modelo que maneja el Ministerio de la Mujer de Chile y otro de España, en la Universidad de Valencia, donde se ve que se implementan, en su diagnóstico y la metodología, “un trabajo serio que tiene la rigurosidad metodológica y que está logrando buenos resultados”.

“Hay un porcentaje de personas que asiste y que no está recayendo en la agresión, y este es un buen indicador del trabajo profesional”, dijo Ballesteros.

Se mostraron casos clínicos muy singulares, que son objeto de estudio por sus particularidades, y una gama de intervenciones que indican por qué y para qué trabajar con el hombre, complementó.

“Se debe entender a la violencia de una manera más amplia, incluidos los hombres que son los que generan mayores casos de agresión. Hay que entender la violencia como un problema psicológico, en vez de tomar medidas legales como encarcelar a la gente y sancionarla, que en muchos casos sí lo merecen. Tal vez habría que dar esa mirada y hacer un tratamiento adecuado para que puedan tener un cambio en su subjetividad, en su comportamiento, porque las sanciones penales no van a resolver el conflicto de violencia contra la mujer”, dijo Ballesteros.

El psicólogo sostuvo que trabaja con una guía que refleja una experiencia de tres años. Una guía en la que se plantea hacer un diagnóstico individual para ver las características de la persona, luego se prepara sesiones grupales para aplicar una terapia.

La mejor terapia para los hombres es motivarlos para que dejen de ser agresivos, “se les debe decir que pueden perder a su familia y que reconozcan sus faltas”.

“En nuestro ámbito falta seguimiento, por la resistencia de los propios pacientes o una deserción. Se debe buscar una forma de engancharlos a las terapias grupales y no dejar nada al azar”.

Ballesteros aconsejó que la prevención de violencia se trabaje desde las unidades educativas. Planteó que se cuente con un profesional psicólogo, para sobrellevar aspectos como estados de ansiedad o conflictos con los demás, como por ejemplo, el bullying.

Terapia

Los que acuden a una terapia recaen en bajo porcentaje afirma el psicólogo Marco Ballesteros.