Denuncian a clan familiar por violar en Santa Cruz
16 de enero de 2019 (20:13 h.)
Dos jovencitas quedaron embarazadas a los 14 años, fruto de la violación del clan familiar que operaba en el municipio de Mairana, Santa Cruz, informó ayer la abogada de las víctimas, Darling Franco a Urgente.
El hijo de la primera víctima cumplirá dos años y el progenitor es el médico Robert M. G. La segunda adolescente dio a luz hace seis meses y es hijo de Eliseo G. G., primo del galeno.
Por este motivo, la abogada de la defensa indicó que este caso incumbe a un clan familiar, que ellos se dedicaban a delinquir de forma conjunta.
También acusan a una mujer, que se encargaba de captar a las jovencitas.
ANTECEDENTES En diciembre de 2017, una adolecente, de 15 años, denunció que fue vejada sexualmente por el dueño de la farmacia Mairana (Rubén D. Ch.), y posteriormente por Robert, galeno y propietario de la clínica Mendoza.
Tras la primera denuncia aparecieron otras víctimas más, en las que se implicaban a otros familiares, como Rubén y el abogado Bello M. G., quien además de cometer el ilícito era el encargado de entorpecer las denuncias. “Estos hechos no se daban a conocer, pero los representantes del Ministerio Público de Mairana eran influenciados por Bello”, aseguró Franco.
“Sacaban fotos y las filmaban. Después las amenazaban con esas imágenes, pero nadie hacía nada, porque todo estaba manipulado”, detalló la jurista.
El hijo de la primera víctima cumplirá dos años y el progenitor es el médico Robert M. G. La segunda adolescente dio a luz hace seis meses y es hijo de Eliseo G. G., primo del galeno.
Por este motivo, la abogada de la defensa indicó que este caso incumbe a un clan familiar, que ellos se dedicaban a delinquir de forma conjunta.
También acusan a una mujer, que se encargaba de captar a las jovencitas.
ANTECEDENTES En diciembre de 2017, una adolecente, de 15 años, denunció que fue vejada sexualmente por el dueño de la farmacia Mairana (Rubén D. Ch.), y posteriormente por Robert, galeno y propietario de la clínica Mendoza.
Tras la primera denuncia aparecieron otras víctimas más, en las que se implicaban a otros familiares, como Rubén y el abogado Bello M. G., quien además de cometer el ilícito era el encargado de entorpecer las denuncias. “Estos hechos no se daban a conocer, pero los representantes del Ministerio Público de Mairana eran influenciados por Bello”, aseguró Franco.
“Sacaban fotos y las filmaban. Después las amenazaban con esas imágenes, pero nadie hacía nada, porque todo estaba manipulado”, detalló la jurista.