Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 20:28

Viajes nocturnos sin control

Servicio. Los policías que están en el día, dentro y afuera de las terminales, en la noche parecieran suspender su servicio, lo cual hace que el pasajero no tenga dónde acudir a pedir ayuda.<BR>
Viajes nocturnos sin control
Por ganar tiempo u otros factores, muchas personas optan por realizar viajes a distintos lugares de Bolivia preferentemente en horas de la noche. Ante esa demanda, existen empresas de buses interdepartamentales que operan y ofrecen el servicio. Sin embargo, el control policial en algunas terminales de buses es prácticamente nulo después de las ocho de la noche.

Los policías que están en el día, dentro y afuera de las terminales, en la noche parecieran suspender su servicio, lo cual hace que el pasajero no tenga dónde acudir a pedir ayuda en caso de algún percance.

Esta situación hace que muchas empresas de omnibuses se aprovechen y cometan una serie de infracciones, las mismas que deberían ser sancionadas.

Una de ella, y la más común, es el incumplimiento del horario de viaje. Hay buses que salen con una demora de hasta media hora o más. Los pasajeros, lamentablemente, no tienen dónde quejarse y lo único que hacen es reclamar al conductor, que, en algunos casos, en lugar de pedir una disculpa o dar una explicación creíble, se molesta y responde agresivamente.

Asimismo, este medio ha constatado la salida de buses minutos después de haber concluido un viaje, lo cual es ciertamente peligroso porque el conductor no ha descansado y nuevamente debe manejar entre cinco a seis horas más.

Si bien en los viajes que son largos existen dos conductores, un titular y un relevo, en el caso de aquellos que son cortos, como entre Oruro y Cochabamba, solo hay uno y es el mismo que debe seguir manejando.

Este hecho, a más de ser peligroso, es inhumano. Una persona no puede conducir 10 o más horas seguidas, siempre debe tener un descanso para recobrar fuerzas y tener una buena visión.

Lamentablemente, tampoco hay quién controle o regularice esta situación. Si bien no es frecuente y no se dan en todas las empresas de buses, existen casos que se han registrado.

A esto se suma, la venta de boletos duplicados, un tema también recurrente, principalmente en los viajes nocturnos.

Ocurre que en varias oportunidades se ha visto a personas desesperadas, porque los asientos que tenían asignados estaban ocupados por otras que también tenían la misma numeración en el boleto. Está situación a veces deriva en la discusión de la gente afectada y alguna se vea obligada a viajar en el pasillo del omnibus.

Cuando se presentan estos inconvenientes, lamentablemente no hay quién ponga orden y mucho menos alguien que sancione a las personas que voluntaria e involuntariamente vendieron un asiento a dos personas. Esta irregularidad es frecuente y los que viajan constantemente lo saben y han pasado alguna vez por esta incómoda situación.

En los buses que prestan servicios de noche ocurren más hechos que nadie los controla. Otro ejemplo, y también recurrente, sucede con los menores de edad.

Si bien la Defensoría de la Niñez y Adolescencia realiza controles esporádicos al igual que los policías durante el día, por la noche ni siquiera los encargados de las empresas de buses se toman la molestia de verificar si el menor que viaja está acompañado de sus padres o se traslada solo.

Asimismo, no hay autoridad que controle el estado de los conductores de los buses, un elemento por demás importante que se debería hacerse de forma periódica.

Por todo lo expuesto, urge que la Policía mejore su trabajo y realice controles de todo tipo en las terminales de buses en horas de la noche.

Similar tarea debería cumplir en las paradas de los denominados surubíes, que son vehículos pequeños de transporte que también realizan el servicio interdepartamental. En ellos también se presentan innumerables irregularidades, que hasta ahora nadie las frena.