El súbdito chileno Juan Zeballos trabajaba desde hace 35 años como librecambista en la plaza 24 de Septiembre de la ciudad de Santa Cruz. Era muy conocido por cientos de ciudadanos que lo veían a diario en su puesto de trabajo. El hombre perdió la vida trágicamente, ayer, luego de arriesgarse a entrar a su habitación en alquiler mientras la misma ardía en llamas, en su afán de salvar su capital. El hombre de 84 años ya no pudo salir de ese infierno y murió calcinado.

De acuerdo al informe preliminar del subcomandante de la Policía, coronel Igor Echegaray, el extranjero Juan Zeballos vivía en una habitación alquilada en la calle Ingavi y, aparentemente, se había descuidado del mantenimiento de la manguera de conexión de la garrafa de gas licuado de su cocina, la cual estaba muy deteriorada y tenía grietas por las que hubo una fuga que derivó en el incendio.

Los vecinos de la calle Ingavi le contaron a El Día que ayer, a las 6:00 de la mañana, escucharon el sonido de una explosión. Acudieron al lugar de donde provenía, la habitación de Juan Zeballos, y vieron que el extranjero había logrado salir a la calle. Alcanzó a decirle a un vecino que encendió la cocina para prepararse el desayuno y hubo una deflagración. Su primer impulso fue huir a la calle, pero ya allí se acordó que su capital de trabajo en dólares se había quedado adentro, en una caja metálica.

Mientras los vecinos corrían a traer baldes con agua y llamaban a los bomberos, Juan Zeballos decidió entrar a su habitación en medio de las llamas para sacar la caja. Sin embargo, el fuego ya había recalentado las paredes y parte de la estructura se vino abajo impidiendo la salida del librecambista.

La hija del hombre llegó después y descubrió que el capital de su padre estaba intacto dentro de la caja metálica, pero Juan Zeballos ya no podría verlo.

Descuido

Los bomberos recomendaron la revisión frecuente de las mangueras de conexión de gas que se desgastan por el uso y la acumulación de grasa.