Un niño de 12 años se quitó la vida en el Valle Alto, presuntamente agobiado por las brutales golpizas e insultos que recibía de su madrastra. La mujer fue aprehendida por el delito de inducción al suicidio, y un juzgado la envió a la cárcel de San Sebastián

Las leyes bolivianas consideran niño a un ser humano cuya edad oscila entre 0 y 12 años. En este período, los niños deben ser protegidos cuidados y amados. Sin embargo, el pequeño era insultado, humillado, presionado y golpeado con frecuencia, según los testimonios de los vecinos que escuchaban sus gritos y llanto, pero que nunca denunciaron a la mujer por la violencia que ejercía contra un menor de edad. La madrastra alegó que el niño era hiperactivo, que se salía a la calle a jugar  sin permiso y que tenía otras inconductas que ella intentaba corregir. El último día que fue visto con vida, el niño fue castigado nuevamente y huyó a la calle. Al finalizar la tarde, lo hallaron muerto cerca de su casa.  El subcomandante de la Policía, coronel Raúl Grandy, dijo que se investigará también al padre biológico, porque no defendió a su hijo ni detectó que el menor estaba deprimido por la violencia que padecía en manos de su pareja.
La autoridad recomendó a los padres estar atentos a los cambios de estados de ánimo de sus  hijos y a no minimizar las señales de alerta en estos casos.