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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Tres feminicidios, ¡qué mal inicio de año!

Cifras de terror. Las agresiones despiadadas se han convertido en una moneda común en nuestro medio. Solo basta revisar las cifras de la violencia, que se cuentan por miles cada año.<br>
Tres feminicidios, ¡qué mal inicio de año!
Tres feminicidios, perpetrados el primer día de 2019, en diferentes departamentos del país, corroboran que este delito, que se ha convertido en un lastre para nuestra sociedad, sigue vigente y en vez de disminuir el número de casos, se incrementa, y cada vez con más saña.

La directora Ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, Mónica Novillo, lamentó estos crímenes y los calificó como un “mal inicio de año”, a través de su cuenta de Twitter.

La frase de esta activista retrata la degradante sociedad en la que vivimos, porque no se respeta ni valora el bien más preciado que tenemos, la vida.

Las agresiones, las más de las veces despiadadas, se han convertido en una moneda común en nuestro medio. Solo basta revisar las cifras de la violencia, que se cuentan por miles cada año, y se convierten en estadísticas que llaman la atención porque se incrementan exponencialmente.

Las mujeres activistas, y aquellas que no lo son, están firmemente convencidas de que los asesinatos de mujeres son una señal inequívoca de la falta de políticas de prevención y de los escasos recursos (económicos y humanos) que se destinan para tratar de disminuir el número de casos.

Lamentablemente, los feminicidios se siguen incrementando cada gestión y las autoridades salen a la palestra solo para dar detalles sobre las cifras, cuando la opinión pública espera que se informe sobre las políticas de prevención que se están implementando en los diferentes niveles.

Se ha repetido hasta el cansancio que un feminicidio es un delito que no solo afecta a la mujer que lo sufre, sino a todo el entorno familiar, porque cuando la víctima es asesinada deja a hijos en la orfandad. Sin embargo, hasta la fecha no se toman acciones firmes para acabar con esta lacra.

Los medios de comunicación hicieron eco de los tres feminicidios perpetrados en el país el primer día de 2019, uno de ellos en Pando, otro en La Paz y el tercero en Santa Cruz. Como generalmente sucede, los victimarios son parejas o exparejas que se ensañan con quien consideran que es de su propiedad.

Si se toma en cuenta que el mayor número de casos de feminicidio se cometen en el entorno familiar, las medidas de prevención deberían, en primer lugar, implementarse en las familias. Es urgente hacer comprender a los hombres que no deben agredir a una mujer, por ningún motivo, y menos llegar al extremo de asesinarla, esgrimiendo, la mayor de las veces, argumentos fútiles, que solo tratan de justificar sus acciones aborrecibles.

Eso sucedió, por ejemplo, con el director departamental de la Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia de La Paz, Víctor Hugo Soria, quien afirmó que la “doble vida” de las mujeres es una causa de los feminicidios que se han incrementado en los últimos tiempos. Estas declaraciones le costaron el cargo. Fue destituido por el Comandante Nacional de la Policía.

Tamaño despropósito es también compartido por algunos hombres violentos, quienes se sienten todavía con el derecho de golpear a una mujer, como si fuera de su propiedad, cuando consideran que están siendo engañados.

Las activistas de la Oficina Jurídica para la Mujer, NiUnaMenos y Mujeres de Fuego, entre otros grupos, demandaron una lucha real y efectiva en contra de la violencia de género, porque, si no se lo hace, temen que en esta gestión la escalada de la violencia podría ser mucho mayor.

Por eso, que cese la violencia y que se dejen de cometer feminicidios depende solamente de cada uno, es decir, que todos estemos conscientes de que se debe respetar la vida de la mujer.

Los asesinatos de tres mujeres el primer día del año deben hacernos reflexionar, como sociedad, y analizar qué estamos haciendo mal, para, en consecuencia, rectificar nuestra conducta y vivir en una sana armonía.