El próximo 14 de octubre se cumplirán 20 años de la muerte del escultor aiquileño Virgilio Zapata, quien trabajó especialmente la madera y fue reconocido tanto por su municipio como por Cochabamba.

Zapata produjo figuras zoomorfas (elefantes, tigres, leones y alces) como antropomorfas. Retrató a vecinos y amigos e incluso llegó a hacerse un autorretrato en busto, así como otros de figuras históricas como Eduardo Abaroa, Antonio José de Sucre y Narciso Campero. Además, recreó personajes literarios como Don Quijote y Sancho Panza.

Su hija Mery Zapata cuenta que tiene una especie de “deber” a la hora de difundir el trabajo de su padre, quien le dijo: “Quiero que todos sepan lo que mis manos pueden hacer”.

Toda su destreza la adquirió de manera empírica. Comenzó como aprendiz de un taller de carpintería, diseñando muebles como repisas, catres y cómodas, entre otros.

En 1997 expuso aproximadamente 47 piezas en la Casona Santiváñez, ocasión en la que recibió un reconocimiento por parte del Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba. Elaboró instrumentos de cuerda como mandolinas, violines, charangos y guitarras, trabajo por el que recibió un reconocimiento Feria y Festival Nacional e Internacional del Charango de Aiquile.

Mery destaca la “perfección en la ejecución y acabado de sus obras, además de su sentido estético adquirido en la práctica”. Una vez terminadas las piezas, Zapata las pulía con piedras del río para luego pintarlas.

Actualmente, su casa, que alberga su obra mobiliaria, escultora y decorativa es un museo que lleva el nombre de Museo Familiar de Arte. Está ubicado en la calle Baptista entre Zenteno y Villarroel (Aiquile). Su hija es la guia y encargada del centro.

200 obras

Alberga la casa de Virgilio Zapata en Aiquile que ahora funciona como museo y puede ser visitada en horarios de oficina.