Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 13:26

CIUDAD SUSTENTABLE

Cochabambinos (mal) comportados

Cochabambinos (mal) comportados
El vocablo refiere patrones de conducta inadecuada cuya naturalización está presente en nuestra ciudad. La urbanidad -coherente con los buenos modales y el respeto hacia los demás-, es fundamental en el urbanismo. Este fenómeno social, que influye en la forma de habitar la ciudad, impide compartir armónicamente el espacio urbano. Va desde la señora que vende fruta en la calle sobre su vehículo (sin pagar impuestos), que consciente estafa al cliente mercantilizando un producto malo, dañado o podrido, desarrollando un beneficio de modo doloso.

Incluye al novel millonario que asume el derecho de cruzar un semáforo en rojo, porque su auto de más de 100.000 dólares, es más nuevo o más rápido, que otro que atraviesa transversalmente.

Al chofer de ¨servicio público¨ que cobra arbitrariamente y conduce sin ningún criterio, convirtiendo su móvil en un arma letal, tomándose la ignorante libertad de ahorrar camino y circular por vías en contrasentido, sin mayor argumento que su escaso raciocinio.

Los bailarines que en las prácticas de sus múltiples festividades, ocupan plazas y espacios públicos ignorando al peatón, que debe elegir otro camino para seguir su viaje.

Los dueños de supermercados que comercializan productos depreciados, estableciendo altos precios de venta, sin selectividad ni control de calidad, favoreciendo su propio interés.

Los padres de estudiantes inscritos en colegios del centro, que consideran que pueden hacer ocupación ilegal de las vías de circulación como espacios de estacionamiento vehicular, mientras dejan o recogen a sus hijos, ignorando el derecho de los otros a la libre y rápida circulación. Los dueños de medios televisivos que para rentabilizar la inversión, excluyen los derechos de una colectividad de ver canales locales, transmitiendo una programación y contenidos pésimos, descartados en otros países, generando transculturación de nuestra juventud.

El comercio formal e informal, y su invasión indiscriminada de las aceras, alteran la imagen y la funcionalidad de la ciudad.

La impávida mirada de la administración pública, la ausencia de regulación y la permisividad a la transgresión de la norma urbana para ejercer la sanción civil punitiva.

Omitiendo estas acciones negativas, es posible mejorar colectivamente la calidad de vida urbana. Mientras, ninguno de los nombrados accede al título de cochabambinos de oro ¿Les importará?