Los Juegos Suramericanos fueron el evento más importante que llegó a la ciudad y los deportistas no dudaron en sacar cara por el país, consiguiendo logros importantes y poniendo de pie a todos los bolivianos que estuvieron pendientes de la cita deportiva, que reunió a más de 5 mil atletas de 14 países, en más de 35 disciplinas deportivas.

El mismo día de la inauguración de los Juegos, parecía que la población valluno no iba a responder al certamen, es decir, que los escenarios iban a atraer a poco público. Sin embargo, no fue así, pues todos los recintos deportivos estuvieron “reventando” de gente. La expectativa cerció hacia los atletas bolivianos.

Un claro ejemplo fue la natación y el atletismo, que llenaron los escenarios en todas las jornadas disputadas, al igual que pelota vasca y ráquetbol.

La gente fue protagonista y testigo de lo duro que fue para los deportistas conseguir medallas. Y, a pesar de que el país terminó décimo en el medallero (4 de oro, 14 de plata y 14 de bronce), el apoyo fue eufórico e incesante.

El raquet dio varias alegrías, pues de la mano de los hermanos Carlos y Roland Keller, y de Conrrado Moscoso, en variones; y de Yazmine Sabja, Valeria Centellas, Jenny Daza y Stefany Barrios, en damas, el país fue foco de atención en los Juegos. En ela disciplina , el país sumó tres de oro, tres de plata y una de bronce.

La cuarta presea dorada fue obtenida, como un hecho inédito, por el quillacolleño Milton Cayoja, quien a pesar de estar lesionado pudo vencer a uno de los mejores de la disciplina. El atleta demostró que no hay límites, ya que además de ser deportista, también es chofer de un trufi interprovincial.

La Sirena Karen Tórrez también consiguió medallas para el país, con sus tres plateadas (100 libre, 100 mariposa y 50 metros). Estuvo cerca de darle más doradas a Bolivia. Además, fueron protagonistas los deportistas de atletismo Ángela Castro, Vidal Basco, Irma Vila y Aldo Gonzales, por mencionar algunos, quienes lograron cinco de plata y tres de bronce.

Disciplinas poco practicadas de igual forma le dieron a Bolivia varias preseas, como el tiro deportivo, de la mano de Jessica Velasco (plata); Evert Quisbert en el boxeo (plata); o taekwondo, con Mohamed Dames y Franco Ríos (bronces).

Después de la cita deportiva, el Gobierno entregó incentivos económicos a aquellos medallistas, por haber colocado al país en el ojo del continente.

Sin duda, más allá de todos las altas y bajas, los Juegos Suramericanos sirvieron para que todos los involucrados se dierna cuenta que al país le falta avanzar mucho, pero que el puntapié inicial ya fue dado para una nueva era deportiva.

Obras, el legado que funciona “a medias”

MIGUEL ROJAS F.

Después de los Juegos, los escenarios deportivos que fueron sedes del evento tuvieron que “esperar” para ser abiertos. 

En el caso de los campos deportivos que son de la Gobernación, los mismos albergaron los distintos nacionales un par de meses después de la cita suramericana. No tuvieron inauguración posterior. Estamos hablando de los coliseos José Casto Méndez, José Villazón, Gróver Súarez y Evo Morales.

No así el estadio Félix Capriles, que después de los Suramericanos (inicios de junio) tuvo que seguir en periodo de refacción. Fue abierto para la práctica deportiva el 19 de septiembre, cuando se disputó el clásico valluno de fútbol, entre Wilstermann y Aurora.

Sobre los recintos de la Alcaldía, aún no se ha podido utilizar ninguno, a pesar de que pasaron más de seis meses desde la conclusión del lance deportivo. Se conoce que el tema de pagos de planillas y la falta de reglamentación para su uso son los motivos para que no puedan ser utilizados.

En su momento, las autoridades indicaron que desde el 1 de enero serán abiertos, pero por lo que se ve en los recintos, eso sería imposible, pues están descuidados y, en algunos casos, inconclusos.

Los escenarios del Ministerio de Deportes, los Centros de Formación y Entrenamiento Deportivo (CEFED), también ya están a disposición de los atletas de alto rendimiento del país, además para la población e general.