La violación de una muchacha de 18 años por un grupo de jóvenes, cuatro mayores de edad y un menor de 14 años, en un motel de Santa Cruz, es, sin duda, un hecho indignante, que debe ser sancionado con todo el rigor de la ley.

Las autoridades deben acelerar el proceso y castigar como se merecen a quienes cometieron este atroz delito, que es condenado por varios sectores que exigen justicia.

De acuerdo a la Policía, los acusados no solo violaron a la joven que hoy se encuentra en terapia intensiva en un hospital de la ciudad cruceña, sino que también la drogaron antes de vejarla salvajemente.

Si bien cuatro miembros del grupo acusado ya guardan detención preventiva en la cárcel de Palmasola y las autoridades judiciales y de Gobierno han mostrado predisposición porque este cruel hecho no quede impune, quienes investigan el caso están obligados a capturar a todos aquellos que proveen una diversidad de drogas cerca de discotecas y centros nocturnos.

La Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN) y la Fiscalía de Sustancias Controladas han avanzado algo, al aprehender a dos hombres que confesaron haber vendido droga a los inadaptados jóvenes que vejaron a la muchacha.

Los acusados, según el Ministerio Público, declararon haber consumido sustancias controladas, las mismas que fueron adquiridas cerca de la discoteca donde entraron junto con la víctima y antes de trasladarla al motel, el pasado fin de semana.

Es sabido que los microtraficantes se ubican cerca de discotecas y locales nocturnos, y buscan clientes que, al calor de las copas, no dudan en adquirir cualquier sustancia y al precio que sea.

Por ello, es importante que lo ocurrido en Santa Cruz sirva también para frenar la comercialización de drogas en esos lugares, a donde no solo acuden jóvenes, sino adolescentes.

Quienes luchan contra el narcotráfico deben intensificar sus labores en esos sitios, donde con mucha habilidad ofrecen desde marihuana hasta cocaína, además de otras sustancias mucho más peligrosas.

Si los operativos fueran frecuentes, seguramente descubrirían a muchas personas que, de forma disimulada, se paran en esquinas y esperan a sus habituales clientes, quienes a su vez llevan a otros.

También se sabe que los microtraficantes se hacen pasar de clientes en los locales nocturnos para comercializar la droga de forma muy discreta.

Por eso es muy necesario que las autoridades llamadas a frenar el tráfico de estupefacientes recorran estos lugares, así como también plazas y alrededores de escuelas y universidades, donde también venden droga en pequeños sobres.

En reiteradas oportunidades, este medio de comunicación denunció esta situación y cómo los microtraficantes se estaban expandiendo en la ciudad y poblaciones vecinas. Si bien las autoridades realizaron operativos, estos lamentablemente no fueron ni son muy frecuentes para frenar definitivamente este problema, que no solo se registra en Cochabamba, sino en el resto del país.

También denunciamos cómo los traficantes de marihuana y cocaína hacían de las suyas en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), donde afortunadamente las autoridades de la casa superior de estudios decidieron permitir el ingreso de agentes de la FELCN para capturar a los comercializadores.

Ahora, es importante que similar tarea se intensifique en las discotecas y locales nocturnos de todas las zonas de la ciudad. Asimismo, se obligue a que todos cuenten con cámaras de seguridad para detectar a los comerciantes que buscan ganar dinero dañando la salud de las personas.

Urge tomar medidas de prevención para evitar que hechos tan violentos y repugnantes, como el ocurrido en Santa Cruz, sigan ocurriendo.