¿Imagina que cerca de 3.000 televisores estén encendidos simultáneamente y todos los días? Hasta hace poco, la mayoría de los 2.980 reos que hay en las cárceles de Cochabamba tenía su propio televisor u hornilla eléctrica, equipos que provocaron que las facturas de ese servicio se “disparen”.

La Dirección de Seguridad Ciudadana de Gobernación, en coordinación con Régimen Penitenciario, determinó aplicar al menos tres políticas de optimización en los recintos, debido que, en los últimos 11 meses, cancelaron cuatro millones de bolivianos por concepto de energía eléctrica, agua y teléfono.

Una de esas políticas es el establecimiento de televisores colectivos. Particularmente, en la cárcel de El Abra, algunos internos coadyuvaron en el retiro de equipos en exceso y también de los de sonido, con el fin de ahorrar.

Otra determinación que se asumió es la prohibición de las hornillas eléctricas, de acuerdo con un informe del director de Seguridad Ciudadana, Willy Cabezas.

Por último, reemplazaron las bombillas convencionales por “focos ahorradores”.

Gracias a estas políticas, últimamente, hubo una disminución de hasta 20 mil bolivianos en las facturas mensuales de energía eléctrica, detalló Cabezas.

Acotó que, además de ese presupuesto, la Gobernación debe desembolsar recursos para el pago de prediarios. Solo entre enero y noviembre de 2018, gastó 8.2 millones de bolivianos en ese beneficio.

Pago

Los privados de libertad no pagan servicios, más bien, la Gobernación les cancela a ellos un bono diario de ocho bolivianos.