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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Boca - River, la final más esperada

Boca - River, la final más esperada
El estadio Santiago Bernabéu de Madrid, con aforo para 81.044 espectadores, está listo para recibir la final de la Copa Libertadores de América, que tendrá en el gramado a dos acérrimos rivales, los argentinos Boca Juniors y River Plate.

Este encuentro debió disputarse el sábado 24 de noviembre en el estadio Monumental de River, en Buenos Aires, pero tuvo que suspenderse porque hinchas del equipo Millonario lanzaron piedras y botellas al autobús que transportaba a los jugadores del Xeneize, hiriendo a algunos de ellos.

Tras un análisis minucioso, la Conmebol determinó que la final se juegue fuera del territorio argentino, en Madrid, España, donde los anfitriones aseguraron que hay condiciones de seguridad para llevar a buen puerto esta final de la Libertadores.

Este partido ha despertado el interés de millones de personas en el mundo, que seguramente el sábado, cuando el árbitro del partido dé el pitazo inicial, dejarán de lado sus labores cotidianas para seguir “de cerca” las jugadas de este superclásico.

En Bolivia, donde hay también miles de hinchas del Millonario y del Xeneize, grupos de amigos han organizado con anticipación parrilladas para disfrutar del partido que se transmitirá desde las 15:30, hora local.

Esta actividad, de las parrilladas, fue también suspendida en varios hogares, porque la final no se jugó en su fecha. Los que habían hecho planes se quedaron con los crespos hechos.

Incluso los que no conocen mucho de fútbol, o no son fanáticos de este deporte, se han preocupado por recabar información en los últimos días para saber si mañana se juega esta final, qué equipo saldrá victorioso o si hay algún resquicio de que se puedan producir disturbios como sucedió en Buenos Aires, en el Monumental de River.

El partido de ida, que se jugó en la Bombonera de Boca Juniors, y terminó empatado 2-2, tuvo también percances por una torrencial lluvia que obligó a suspender el lance por 24 horas.

Afortunadamente, el domingo 11 de noviembre se jugó esta primera final, sin mayores sobresaltos. No sucedió lo mismo el 24 de noviembre.

Que la Conmebol haya decidido llevar la final a Madrid es una severa llamada de atención, no solo para las barras bravas, hinchas violentos, sino también para las autoridades deportivas y políticas de un país, porque han perdido las riendas de este deporte, el más popular en el mundo.

Seguramente, detrás de estos conflictos hay intereses millonarios que se activaron para provocar desorden en el estadio de River Plate con el fin de que se suspenda el partido.

El accionar violento de las barras bravas es un problema que se viene arrastrando desde hace más de una década en Argentina, con personas heridas y asesinadas de por medio, a tal extremo de que los argentinos ya no se inmutan cuando ocurre una tragedia en los estadios.

Este mal ejemplo está siendo imitado también por hinchas de otros países, donde hay atisbos de violencia y destrozos de los bienes públicos.

Las autoridades del orden son las llamadas a poner un alto a cualquier brote de violencia, porque si no se lo hace a tiempo, la intolerancia crece como una bola de nieve, que después aplasta a todos. Sino, veamos lo que sucedió en el estadio de River Plate.

Al margen de todos estos problemas, los dos clubes con sus plantillas ya están en Madrid, a la espera del lance final, con una sola idea en la cabeza, ganar el partido y clasificar para jugar el Mundial de Clubes en Emiratos Árabes.

Miles de argentinos, hinchas de River y Boca, ya están en España para el partido decisivo.

El Santiago Bernabéu está listo para recibir la gran final entre Boca Juniors y River Plate, pero la pregunta es ¿estarán listos los hinchas de ambos equipos para este esperado partido?