Los desafíos del Alcalde suplente
Trabas. La pregunta es si Tellería gobernará sin interrupciones hasta que se resuelva la situación de José María Leyes, o empezarán a colocarle zancadillas en el camino.<BR>
06 de diciembre de 2018 (20:21 h.)
Iván Tellería es, desde el miércoles, el nuevo alcalde suplente temporal de Cochabamba, y tiene en sus manos la difícil tarea de conducir un municipio cuestionado por presuntos actos de corrupción en la compra de mochilas y material escolar para un poco más de 93.000 estudiantes.
El concejal Tellería asume el cargo de máxima autoridad ejecutiva en un momento por cierto difícil, porque tiene la misión de proseguir con la construcción de obras y, lo más importante, limpiar la imagen del municipio, es decir, esclarecer los presuntos casos de corrupción y retirar a los funcionarios que estuvieran involucrados.
“Iván Tellería toma el volante de la Alcaldía y promete estabilidad”, tituló OPINIÓN en su edición impresa del jueves 6 de diciembre.
Lo que preocupa es que Tellería, hábil con el manubrio porque es transportista, agarra un volante inestable, el cual debe asir con toda firmeza para no desviarse de su camino.
Tellería debe poner en orden la Alcaldía, trabajar en coordinación con el Órgano Deliberante y administrar de la mejor manera posible el municipio, para lograr un desarrollo humano y en infraestructura aceptable.
El municipio de Cochabamba ha dejado de ser hace varios años una de las ciudades más importantes del país, perdiendo liderazgo y alejándose de La Paz y Santa Cruz, capitales que se desarrollan en forma sostenida.
La inestabilidad política en el municipio de Cochabamba es un freno que impide a la región despegar hacia un desarrollo integral.
La pregunta que surge en algunos ámbitos es si Tellería gobernará sin interrupciones hasta que se resuelva la situación del alcalde José María Leyes, o empezarán a colocarle zancadillas en el camino, como sucedió con la que también fue alcaldesa suplente temporal Karen Suárez.
José María Leyes, quien empezó a ejercer como alcalde titular el 1 de junio de 2015, se encuentra con detención preventiva en el penal de San Antonio, desde el pasado 30 de noviembre, acusado por varios delitos.
Tellería puede estar al mando de la Alcaldía algunos días, si es que Leyes logra salir en libertad, o meses, si la justicia mantiene la detención preventiva que pesa sobre el Alcalde suspendido.
En siete meses hubo dos autoridades suplentes al mando de la Alcaldía. Karen Suarez asumió el cargo el 4 de mayo y concluyó la semana pasada cuando Leyes logró que se le levante la detención domiciliaria por el caso Mochilas I. Pero luego fue recluido por el proceso Mochilas II.
Tellería, tras ser designado como Alcalde suplente temporal, se comprometió a trabajar por el municipio y respetar el trabajo de los funcionarios.
Lo importante ahora es que el Alcalde suplente se dedique realmente a la administración del municipio, sin velar por los intereses partidarios, más bien tomando en cuenta el bienestar de la mayoría.
La recomendación de trabajar por Cochabamba apunta también a los concejales de las tres fuerzas políticas, quienes deben fiscalizar el trabajo de la máxima autoridad ejecutiva, observando lo que está fuera de norma y allanando el camino cuando se realizan buenas obras.
Lo cierto es que cuando hay cambio de la máxima autoridad de la Alcaldía, el alcalde dispone de los cargos de confianza, es decir, los cambia, lo que implica que los nuevos deben interiorizarse del trabajo y empezar de casi cero. De esa forma, los proyectos que avanzan con dificultad por la burocracia que hay en el sector público, se paralizan.
Los cochabambinos esperan que el proceso de Leyes se dilucide lo más pronto posible, para que se tenga la certeza de quién finalmente concluirá la gestión municipal.
Y si el proceso se demorara, se espera que el Alcalde suplente temporal trabaje con transparencia y sin trabas, a no ser que cometa los mismos errores por los que se le acusa a Leyes.
El concejal Tellería asume el cargo de máxima autoridad ejecutiva en un momento por cierto difícil, porque tiene la misión de proseguir con la construcción de obras y, lo más importante, limpiar la imagen del municipio, es decir, esclarecer los presuntos casos de corrupción y retirar a los funcionarios que estuvieran involucrados.
“Iván Tellería toma el volante de la Alcaldía y promete estabilidad”, tituló OPINIÓN en su edición impresa del jueves 6 de diciembre.
Lo que preocupa es que Tellería, hábil con el manubrio porque es transportista, agarra un volante inestable, el cual debe asir con toda firmeza para no desviarse de su camino.
Tellería debe poner en orden la Alcaldía, trabajar en coordinación con el Órgano Deliberante y administrar de la mejor manera posible el municipio, para lograr un desarrollo humano y en infraestructura aceptable.
El municipio de Cochabamba ha dejado de ser hace varios años una de las ciudades más importantes del país, perdiendo liderazgo y alejándose de La Paz y Santa Cruz, capitales que se desarrollan en forma sostenida.
La inestabilidad política en el municipio de Cochabamba es un freno que impide a la región despegar hacia un desarrollo integral.
La pregunta que surge en algunos ámbitos es si Tellería gobernará sin interrupciones hasta que se resuelva la situación del alcalde José María Leyes, o empezarán a colocarle zancadillas en el camino, como sucedió con la que también fue alcaldesa suplente temporal Karen Suárez.
José María Leyes, quien empezó a ejercer como alcalde titular el 1 de junio de 2015, se encuentra con detención preventiva en el penal de San Antonio, desde el pasado 30 de noviembre, acusado por varios delitos.
Tellería puede estar al mando de la Alcaldía algunos días, si es que Leyes logra salir en libertad, o meses, si la justicia mantiene la detención preventiva que pesa sobre el Alcalde suspendido.
En siete meses hubo dos autoridades suplentes al mando de la Alcaldía. Karen Suarez asumió el cargo el 4 de mayo y concluyó la semana pasada cuando Leyes logró que se le levante la detención domiciliaria por el caso Mochilas I. Pero luego fue recluido por el proceso Mochilas II.
Tellería, tras ser designado como Alcalde suplente temporal, se comprometió a trabajar por el municipio y respetar el trabajo de los funcionarios.
Lo importante ahora es que el Alcalde suplente se dedique realmente a la administración del municipio, sin velar por los intereses partidarios, más bien tomando en cuenta el bienestar de la mayoría.
La recomendación de trabajar por Cochabamba apunta también a los concejales de las tres fuerzas políticas, quienes deben fiscalizar el trabajo de la máxima autoridad ejecutiva, observando lo que está fuera de norma y allanando el camino cuando se realizan buenas obras.
Lo cierto es que cuando hay cambio de la máxima autoridad de la Alcaldía, el alcalde dispone de los cargos de confianza, es decir, los cambia, lo que implica que los nuevos deben interiorizarse del trabajo y empezar de casi cero. De esa forma, los proyectos que avanzan con dificultad por la burocracia que hay en el sector público, se paralizan.
Los cochabambinos esperan que el proceso de Leyes se dilucide lo más pronto posible, para que se tenga la certeza de quién finalmente concluirá la gestión municipal.
Y si el proceso se demorara, se espera que el Alcalde suplente temporal trabaje con transparencia y sin trabas, a no ser que cometa los mismos errores por los que se le acusa a Leyes.