Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 00:06

MIS CIRCUNSTANCIAS

Menos palabras, más acción

Menos palabras, más acción
Hablando de reglas y normas, en este día especial para el país, me refiero a lo que se observa en la recta final del torneo clausura del fútbol profesional boliviano, muy discreto, pero emotivo.

El domingo, pensé que veríamos un clásico descolorido, entre Wilstermann y Bolívar que aparentemente ya cedieron posiciones y perdieron sus opciones de título, pero fue un día de sorpresas, porque The Strongest perdió ante Aurora y las esperanzas se reavivaron.

El querido Conejo Arce perdió toda compostura y arremetió contra dirigentes, árbitros y también periodistas deportivos, que no sabemos de fútbol, como si este deporte fuera solo para que entiendan los iluminados.

No es novedad que el arbitraje no es confiable, está en su peor nivel y no garantiza partidos, donde nadie reclame, ni perdedores ni mucho menos ganadores.

Ningún equipo de fútbol puede esperar que el árbitro le favorezca o cobre a gusto de los jugadores en cancha, que se cansan de reclamar en diferentes tonos, casi siempre sin lograr cambiar las decisiones de los jueces.

El domingo, Nelio García se equivocó en la sanción con tarjetas amarillas, porque en lugar de sacar la segunda a Vaca, le asignó la primera a Vallejos, y de eso estalló el capitán celeste que aseguró a los cuatro vientos, que por lo menos él que está 15 años en el fútbol profesional, no es ningún pelotudo, textual.

Analizando fríamente, el partido entre rojos y celestes estaba para cualquiera al principio, pero ahí estuvo Giménez para conjurar el peligro. Ahí estuvieron Ortiz y Chávez en dos oportunidades, aprovechando asistencias magistrales de Castellón y Serginho, para conseguir un triunfo espectacular.

Arce pierde la perspectiva y denota impotencia futbolística, cuando reclama, como algo gravísimo, que el árbitro no haya expulsado a Vaca, para que su equipo tenga ventaja numérica y solo así intentar ganar el clásico Nacional.

No está reclamando penales, posiciones adelantadas u otras infracciones, está reclamando, el gran Conejo, que debían expulsar a su colega adversario. ¡Increíble!

Qué mal está el Bolivar de hoy, muy lejos de la jerarquía individual y colectiva que le hicieron ganar varios títulos. Por eso, todos debemos poner el cerebro en funcionamiento, antes que la lengua en movimiento.