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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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NACIÓ EL 15 DE NOVIEMBRE DE 1918

Gertrudis cumple un siglo de vida y revela su secreto

Aunque dice alimentarse “de la palabra del Señor”, su familia cuenta que también le gusta comer pito de cebada, papa huayco y fruta.
Gertrudis cumple un siglo de vida y revela su secreto



Gertrudis Plaza Ordoñez camina con dificultad. Sus cansados ojos cobrizos buscan el sitio preferido en su sala para sentarse. A su alrededor se movilizan sus hijos que organizan un agasajo para ella porque cumple un siglo de vida.

Se nota que estrena ropa. Se la ve feliz y mimada. Recibe un ramo de rosas y apaga la torta de cumpleaños.

Gertrudis es muy conocida en la zona donde vive. Las vendedoras del mercado 10 de Febrero, de la avenida Simón López, en el norte, la conocen por ser buena y amable vecina.

Habla quechua. Confiesa que su fortaleza se debe a que “en primer lugar come la palabra del Señor”. Es una creyente ferviente y afirma que estar con Dios soluciona las diversas adversidades. “Cantar loas a Dios es la mejor receta para estar bien y vivir muchos años”.

Una de sus hijas, Hortencia, relata que su mamá siempre ha gustado de los quesillos, papa huayco, huevo criollo y fruta.

El pito de cebada, la oca y el chuño también son los preferidos en la mesa de la cumpleañera, sin dejar de lado las verduras y frutas.

Gertrudis Plaza Ordoñez nació el 15 de noviembre de 1918, en Tacarani, Potosí. Después migró a Cochabamba, con su familia.

Alborozados, sus cuatro hijos no cesan en expresar muestras de cariño y agradecimiento por esta ocasión de celebrar un siglo de vida de su mamá Gertrudis.

“Parece mentira, pero mi mamá nos cuenta que de niña hacían concursos de quién comía más duraznos. Sus amigas se servían entre 10 y 20, mi mamá Gertrudis afirma que siempre comía hasta 200, no le creemos, pero ella insiste que fue así”, relata la hija mayor.

“Mi mamá es toda una joya para la familia, nunca podremos olvidar la educación y el amor que nos ha brindado a todos sus hijos, pese a que mi papá se fue muy joven”, manifiesta Carolina, otra hija que radica en Argentina.

100 años

“Cumplir un siglo de vida es una bendición de Dios y más todavía tenerla entre nosotros”, afirman sus hijas.