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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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El vía crucis de las personas con VIH

Tema vital. Consideramos que la prevención, diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad debería ser un asunto de Estado, toda vez que se trata de una pandemia.<BR>
El vía crucis de las personas con VIH
Solo el 38 por ciento de las personas que viven con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) recibe tratamiento en el país, según información de RedBol. Este dato deja en evidencia que la mayor parte de los pacientes está, de cierta forma, abandonada a su suerte.

La Red Nacional de Personas Viviendo con VIH y Sida en Bolivia señaló que en casi 34 años en el país se han registrado 22.311 portadoras de VIH/Sida, y solo 8.639 reciben tratamiento.

Según la representante de esta organización no gubernamental, Violeta Ross, la falta de información sobre el tratamiento gratuito, el temor, la discriminación y los problemas de alcoholismo son algunos factores que inciden en que el portador abandone o no inicie la medicación.

Lo que preocupa a las autoridades es que los casos nuevos de VIH se siguen incrementando. En Cochabamba, entre enero y octubre de este año se registraron 450, según el responsable del Programa VIH/Sida, Cristian Gómez, del Servicio Departamental de Salud.

La falta de medicamentos para tratar el VIH y las enfermedades oportunistas es otra dificultad para quienes sufren de esta enfermedad, que en algunos casos derivó en la muerte de los pacientes, según grupos de activistas que reclaman por los derechos de estas personas.

En octubre de 2017, el facilitador del Programa de Derechos Humanos y Salud del Instituto de Desarrollo Humano Bolivia, William Montaño, informó que “varias compañeras, mujeres trans y compañeros” habían fallecido por falta de medicamentos para tratar las infecciones oportunistas.

En esa oportunidad, Montaño advirtió que no existían inyecciones contra el citomegalovirus que puede provocar ceguera en los afectados.

Consideramos que la prevención, diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad debería ser un asunto de Estado, toda vez que se trata de una pandemia que llegó a nuestro país en 1984, y que, por lo visto, deberá transcurrir mucho tiempo para lograr erradicarla.

El Gobierno debería apuntar a la prevención para evitar que se sigan multiplicando los casos en Bolivia y, para ello, es imprescindible trabajar más en las campañas de educación, especialmente en unidades educativas, universidades, cuarteles y otras instituciones en las que hay decenas o cientos de personas.

En los casos de personas diagnosticadas con VIH, el Gobierno debería también encargarse de implementar un plan de salud integral en el que contemple a todos los afectados, de modo que la falta de recursos económicos no sea un óbice para no iniciar un tratamiento o dejarlo a medio camino.

Hay medicamentos que no son accesibles para los bolsillos de todos los pacientes. Se han conocido casos de personas que se han dejado morir por no poder comprar medicinas.

En diciembre de 2017, personas afectadas con VIH enviaron una carta al presidente Evo Morales para solicitarle que el Gobierno, mediante el Ministerio de Salud, adquiera mayor cantidad de medicamentos antirretrovirales, que son específicos para estos pacientes.

En España, el médico Josep María Gatell, del Hospital Clinic de Barcelona, confirmó que los medicamentos antirretrovirales son los únicos que garantizan una mejor calidad de vida a los pacientes y una oportunidad, que además deben tomarlos de por vida.

En el país se han realizado varias protestas por parte de pacientes que no reciben los antirretrovirales, situación que pone en riesgo sus vidas.

Pero, más allá del tratamiento que debe estar garantizado, lo más importante es que las personas se alejen de las conductas de riesgo o tomen las mayores precauciones posibles.

Porque, como dice el refrán popular, es mejor prevenir que lamentar, y más aún cuando se trata de una enfermedad que no tiene cura y que sigue causando víctimas, más en los países del tercer mundo.