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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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DESDE AFUERA

En el refresco confiamos. Un problema de salud en México

En el refresco confiamos. Un problema de salud en México
Mi amiga Alma en la Ciudad de México envía clandestinamente soda (refresco) en una botella de agua en la lonchera escolar de su hija. Las autoridades sanitarias en México han prohibido las bebidas gaseosas en las escuelas. Cuando Alma, junto con otras madres, fue sorprendida enviando la soda, simplemente se rió. Solo estaba haciendo lo que sabía que era mejor para sus hijos. La soda es confiable. Es barata. ¡Y sabe tan bien! En la ciudad de México, la soda es saludable.

En la Ciudad de México, pocos confían en el agua del grifo. Tampoco en el agua comprada. En ambos casos podría albergar bacterias dañinas. Sin embargo, puedes confiar en los refrescos. Y la clase trabajadora confía con determinación en estas bebidas. La soda está en todas partes; en casi todas las comidas, en todas las tiendas de la esquina, en los mercados, en los puestos de comida, en las celebraciones. A menudo no hay agua de grifo.

Cuando hay agua corriente solo unos días a la semana o llega en camión, la necesitas para otras cosas, como lavar la ropa o ducharte. No es de extrañar que México sea el mayor consumidor de Coca Cola en el mundo, representa el 11 por ciento del mercado global de Coke. México también es la nación industrial más gorda del mundo, donde las enfermedades cardiovasculares y la diabetes aumentan con desenfreno.

Soy una antropóloga que colabora con científicos de salud ambiental e ingenieros ambientales para entender la confianza en el agua en la Ciudad de México. Parte de mi trabajo consiste en ayudar al equipo a comprender por qué un comportamiento tan extraño como el de esconder la gaseosa en los almuerzos de los niños tiene sentido cuando "todos" saben que la gaseosa es mala.

Otra parte de mi trabajo es poner esos comportamientos en contexto. ¿Cuál es la historia de la distribución del agua en México? ¿Quién se beneficia cuando nadie confía en el agua del grifo? ¿Cuáles son los efectos de las campañas de salud pública que les dicen a las madres que no den soda a sus hijos cuando no hay agua para beber?

Esos mensajes sobre la salud dividen aún más a la gente flaca y acomodada, con sus caros filtros de agua domésticos, de la gente trabajadora y pobre que comparten gaseosas. Parte de los esfuerzos de nuestro equipo para comprender la confianza en el agua implica determinar qué se necesitaría para restaurar la confianza en el agua, por ejemplo, el desarrollo de sensores de calidad del agua en el vecindario o en el hogar.

Restaurar la confianza es difícil. Los jóvenes en México no tienen memoria de beber agua del grifo. La desconfianza comenzó después del terremoto de 1985. Las personas de mediana edad en adelante recuerdan que antes de aquel suceso abrían el grifo y bebían libremente. Inmediatamente después se les dijo que dejaran de hacerlo temporalmente y nunca más volvieron a probar el agua del grifo. Mis amigos en la Ciudad de México no son tontos. No creen que hayan perdido la confianza "naturalmente", saben con certeza que empresas, como Coke, se aseguraron de que así fuera.

Se podría pensar en una teoría de conspiración. Una búsqueda rápida en Google demuestra el dominio de Coke (Coca-Cola) en México, con subsidios gubernamentales (...).

Tomado de la agencia EFE