Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Mera coincidencia

Mera coincidencia
Yhe aquí que coincido plenamente con la opinión del presidente Evo Morales, al considerar que las pasadas elecciones en la hermana República Federativa del Brasil fueron una demostración de fiesta democrática y, en efecto, así fueron en sus dos etapas establecidas en su orden normativo. Similar comportamiento ciudadano de fiesta y fervor cívico pudo evidenciarse en el periodo previo y luego posterior a los actos de emisión del voto ciudadano.

El Tribunal Superior Electoral, dependiente del Órgano Judicial, actuó con absoluta legalidad y dentro del marco de sus específicas funciones. Y no podía ser de otra manera, ya que sus miembros son designados mediante elección, por voto secreto de ministros del Supremo Tribunal Federal; ministros del Tribunal Superior de Justicia; también integrantes sugeridos por el Presidente de la República, además de abogados notables destacados por su saber jurídico e idoneidad moral, sugeridos por un Colegio de Abogados que goza de prestigio internacional. Ante tal pleno, no cabe imaginar ni copamiento partidarios, instructivas ni órdenes del Ejecutivo o de otra índole.

El Presidente de la República guardó debida distancia e independencia en relación al proceso electoral en todo momento. No hubo, de su parte, ninguna actitud que pueda ser considerada de favoritismo o de hostilidad con alguno de los candidatos. Igual compostura se evidenció por parte de todo el gabinete ministerial. Los 13 competidores, tanto a la Presidencia como a la Vicepresidencia de la República Federativa, adecuaron sus respectivas campañas en un marco de confrontación típica de toda contienda electoral, disputada, sin duda, puntualizando errores de conductas y acciones políticas de los enfrentados en las urnas.

Ningún postulante ostentaba el estigma de la comisión de delitos, y menos aun ninguno, que se sepa, se valió valerse de bienes públicos para sustentar su campaña. Los ciudadanos, dentro de los mismos marcos, hicieron conocer sus posicionamientos y preferencia con los énfasis propios, sin llegar a actos de violencia o enfrentamientos que empañen la lid electoral.

El candidato Bolsonaro, como es sabido, fue atacado vilmente y herido con arma punzante por un demente, que invocando la divina providencia y autoproclamándose vengador del expresidente Lula, agredió gravemente al electo actualmente Presidente. Fue una acción personalísima.

No se pudo constatar la existencia de grupos de electores que consideren ciertas circunscripciones exclusivamente reservadas a su candidato o partido político, tampoco garroteadores que impidan el ejercicio político ciudadano a otros frentes.

No obstante la fiesta electoral vivida, sus resultados ameritan ser considerados como lecciones históricas: la primera guarda relación con el populismo y la oclocracia y la danza macabra de corrupción ciclópea a la cual el pueblo le confirió su certificado de defunción, mayoritariamente. Una segunda lección, que es necesario tomarla muy en cuenta, reside que frente al desencanto ante el totalitarismo, se prefirió una candidatura reaccionaria y que ante ello el pueblo debe ser firme en exigir que el Presidente electo respete los cánones establecidos por la ley el Estado de Derecho.