Los políticos de oposición comenzaron a pisar el acelerador con miras a alcanzar acuerdos que les permita llegar fortalecidos a los comicios del año próximo. Lo curioso es que entre los políticos ya se escucha que esos posibles acuerdos no deben estar basados en pegas, en cargos o en cuoteos, sino en cuestiones programáticas. ¿Será posible eso o es simplemente un discurso más?

Por ahora eso es lo que dicen los políticos, quienes comienzan a buscar acercamientos para ver si pueden ir juntos a las elecciones presidenciales y conquistar el voto de los electores.

Lo ideal es que los acuerdos sean desinteresados, pero sabemos que eso no es tan cierto como dicen.

En este y en anteriores gobiernos, los acuerdos que se han dado siempre han estado vinculados a las cuotas de poder o a la repartija de las instituciones. Lamentablemente, no se ha visto que alguien haga un pacto solo porque tome en cuenta las propuestas que tiene para manejar el país.

Los bolivianos no son ilusos para que los políticos intenten hacer creer tal situación.

Para nadie es desconocido que, incluso, el actual gobierno tiene acuerdos con algunos sectores a los que les ha abierto ciertos espacios a cambio del apoyo incondicional.

Lo mismo sucede en los municipios y las gobernaciones del país, donde si bien en algunos casos no les dan pegas, hay compromisos para cuidar los intereses de quienes decidieron apoyar a la autoridad de turno.

Los políticos no necesitan mentir, porque en cada acuerdo siempre hay intereses de las partes que intervienen.

Tampoco es cierto que los militantes que apoyen a uno u otro político lo harán desinteresadamente.

No está mal que los políticos de oposición busquen hacer un solo frente para enfrentar al Movimiento Al Socialismo, MAS, en los próximos comicios presidenciales.

Sin embargo, esa unión debería estar basada en acuerdos programáticos claros y transparentes, en los que, de verdad, los políticos se despojen de esos intereses de poder que siempre han buscado.

Tanto el líder de SOL.bo y actual alcalde de La Paz, Luis Revilla, como el vicepresidente del Movimiento Demócrata Social, Ernesto Suárez, han manifestado que los acercamientos que han venido sosteniendo con algunos políticos contrarios a Evo Morales, no están condicionados a pegas ni a repartijas, porque supuestamente el objetivo es “tratar de generar una alternativa que se construye en base a principios, no a lo tradicional”.

Ojalá que esa posición sea cierta y no como en el pasado, cuando se han formado acuerdos o megacoalisiones, en las que los partidos que hicieron el pacto condicionaban , incluso, su voto a cambio de controlar ciertas reparticiones estatales.

Entre los primeros acuerdos políticos que ya se han consolidado con miras a las inéditas elecciones primarias del 27 de enero de 2019 está el de Revilla con el ahora candidato del Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), Carlos Mesa. Ambos firmaron ayer una alianza a los pies de la histórica estatua del líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, en el Parque Urbano Central de La Paz.

“Hemos hablado sobre la necesidad de conformar este tipo de alianzas basadas en ideas, programas y que sepan que a partir de hoy estamos acordando con Carlos empujar este proyecto", dijo el líder de SOL.bo.

Por su lado, el exmandatario que busca llegar a la silla presidencial indicó que ambos impulsarán un proyecto común y que su alianza será de “largo aliento” para profundizar la democracia y fortalecer el Gobierno de ciudadanos. “Ambas organizaciones coinciden en la necesidad de un proyecto histórico de futuro que transforme el país, bajo la premisa de que los ciudadanos han escogido la democracia como una forma de vida para lograr los objetivos de justicia, inclusión, equidad y oportunidad para todos”, dice parte del acuerdo pactado.