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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Los retos de Lanchipa

Trabajo. Desde ayer, Juan Lanchipa es la cabeza del Ministerio Público y tiene en sus manos el gran reto de transformar la institución, labor que no será nada sencilla por los múltiples cuestionamiento que existen.<BR>
Los retos de Lanchipa
La Fiscalía General del Estado es una institución que requiere de cambios muy profundos para recuperar la credibilidad y confianza de la población boliviana. La institución clave dentro del ámbito de la justicia, lamentablemente ha tenido más desaciertos que aciertos bajo la dirección de Ramiro Guerrero.

La gestión que Guerrero comenzó en octubre de 2012 y la misma que debió ser transparente e independiente, tal como lo anunció el mismo día de su posesión, tiene un sinfín de observaciones que deben ser corregidas por su sucesor Juan Lanchipa.

Desde ayer, Lanchipa es la cabeza del Ministerio Público y tiene en sus manos el gran reto de transformar la institución, labor que no será nada sencilla.

“Soy consciente de que existen muchos problemas en la investigación y persecución penal de los delitos, duración prolongada de los procesos penales, alto índice de detenidos preventivos, abuso de la detención preventiva que se utiliza como un anticipo de pena; sobrecarga de trabajo, hechos gravísimos que quedan en la impunidad, suspensión de audiencias y otros de una larga lista de debilidades y problemas”, dijo el extitular de la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima, Silala y Recursos Hídricos Internacionales (Diremar) y del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, tras prestar su juramento como nueva autoridad, en presencia de altos jefes militares, policiales y autoridades de Gobierno, entre ellos el presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera.

Es importante que Lanchipa esté consciente de todos los problemas que tiene el Ministerio Público para trazar un plan de transformación efectivo.

La nueva autoridad no puede ni debe equivocarse en sus acciones, más ahora que la institución ha perdido credibilidad y confianza de la gente por los numerosos cuestionamientos que han habido en la gestión de Guerrero.

En ese sentido, y como Lanchipa indicó durante su discurso, la designación de fiscales en el país deberá ser cuidadosa, en la que no prevalezca la amistad y el compadrerío, sino el profesionalismo y la idoneidad.

El país necesita de fiscales probos, que sepan actuar conforme a las normas que rigen en el país. La gente está cansada de tener autoridades que respondan a intereses personales y políticos. La independencia debe ser una prioridad y no un mero discurso como casi siempre ha ocurrido.

Es tiempo de hacer cambios profundos, que permitan a los bolivianos confiar nuevamente en la justicia. Ya no se quiere a fiscales que acusen a inocentes, sino que vayan detrás de los verdaderos criminales.

En este último tiempo se han descubierto varios casos en los que la Fiscalía, aunque aún no lo acepta, se ha equivocado y ha permitido que personas inocentes sean recluidas por años, por delitos que nunca cometieron.

Solo basta recordar el caso del bebé Alexander, en el que el médico Jhiery Fernández ha sido sentenciado a 20 años de prisión por violación, cuando existen serios indicios de que él es inocente. Así como este hecho, existen muchos otros, en los que la Fiscalía, lejos de investigar a profundidad, ha decidido buscar la condena.

Por otra parte, nos parece bien que Lanchipa se haya propuesto que la Fiscalía priorice y focalice sus esfuerzos para perseguir la criminalidad grave, evitando dispersar esfuerzos en casos poco relevantes o insustanciales.

También no deja de ser importante el hecho de que haya anunciado que la justicia penal deje de ser “un mecanismo de presión extorsiva o de cobranza de deudas que se materializa con toda su dureza, especialmente en los más pobres”.

Esperemos que Lanchipa cumpla todo lo que ha anunciado y trabaje de acuerdo a la norma y, sobre todo, libre de cualquier influencia económica y política.