Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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CINE /// LAS PRODUCCIONES DE LA LLAJTA PIERDEN EN CANTIDAD FRENTE A LAS PACEÑAS Y CRUCEÑAS.

Presencia cochabambina se reduce en el Fenavid

Presencia cochabambina se reduce en el Fenavid





El Festival Internacional de Cine de Santa Cruz (Fenavid) llega a su fin. Ayer terminaron las proyecciones de los audiovisuales en competencia y hoy comienza la premiación. A pesar de que Cochabamba cuenta con un representante en la selección de largometrajes (“Madre Agua”), en palabras de Alejandro Fuentes, organizador del evento, la producción regional ha tenido una “reducción notable” con relación a los otros años.

“Madre Agua” (producida por el cochabambino Álvaro Olmos) es uno de los cuatro largometrajes bolivianos presentes en Fenavid, y el único documental nacional. La delegación de Cochabamba está presente también el jurado, a través del cineasta Sergio Estrada; en gran parte de los 55 cortometrajes y con dos facilitadores en el evento 100x100. Sin embargo, Fuentes apunta que las producciones no son tantas como las paceñas y la cruceñas.

“No es que falte talento, sino que a ese trabajo deben apoyarlo las empresas privadas y las instituciones gubernamentales. Yo creo que Cochabamba tiene mucho talento, en ediciones anteriores la ciudad ha tenido una presencia masiva. Este año muchos cineastas se han quedado con sus proyectos bajo la mano, han venido a hacer un tipo de coproducciones. No ha sido posible porque ha hecho falta el apoyo monetario”, señaló Fuentes.

El organizador y cofundador del evento destacó cómo el movimiento cinematográfico cochabambino ayudó a impulsar, formar y consolidar el evento. Rescatando nombres como los ya mencionados además de los emergentes Jefferson Salinas y Mauricio Pammo.

“El anteaño pasado Salinas y Pammo fueron a un festival en Florianópolis en Brasil, y después a Colombia con el mismo equipo victorioso aquí (en el Fenavid). Hoy por hoy son una parte fundamental del evento, ayudando en la organización y en toda la parte audiovisual. Vienen con sus dineros y sus propios recursos”.

Esta falta de apoyo financiero a la que hace mención Fuentes será debatida hoy en la mesa redonda ¿A dónde va el cine boliviano?, a desarrollarse en la Escuela Superior de Comunicación Audiovisual Diakonía.

La Paz es la ciudad con mayor presencia en la edición 27 del Fenavid. Es el centro de producción cinematográfica porque tiene “otra hermenéutica y estructura de poder que facilita su trabajo”, apoyada principalmente en la Ley Municipal de Culturas que también buscan Santa Cruz y Cochabamba.

Fuentes rescata que, a pesar del escaso apoyo económico tanto del sector privado como público, el cine nacional “prevalece” gracias a la colaboración entre las distintas ciudades.

“En Bolivia pasa un fenómeno. Como no tenemos los equipos técnicos ni la producción, nos unimos. Paceños y cochabambinos vienen a Santa Cruz a producir y viceversa. Por ahora, lo que muestran las estadísticas es que La Paz realiza más trabajos con un alto rigor cinematográfico”.

El evento finaliza el viernes. Junto a “Madre Agua”, las otras películas bolivianas que compiten en Largometraje son “Averno” (La Paz) de Marcos Loayza, “El Río” (Beni) de Juan Pablo Ritcher, “Luz en la copa” (Sucre) de Alejandro Pereyra y “Barbara” (Santa Cruz) de Pedro Gutiérrez. La proyección especial de “Nosferatu” cerrará el festival