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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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SERENDIPIA

Silencios que gritan

Silencios que gritan
El crecimiento de las ciudades, acompañado por la irrupción creciente de ruidosos aparatos, ha convertido el silencio en un bien en peligro de extinción.

El silencio no necesariamente es ausencia de sonidos, sino la ausencia de ruidos. Eliminar los sonidos es prácticamente imposible en ámbitos sociales; incluso, la naturaleza emite sonidos agradables señalan los ecologistas del sonido. El ruido son sonidos no deseados o desagradables, son los contaminantes más invasivos por la imposibilidad real de aislarlos. El ruido es sinónimo de estrés, de grandes niveles de ansiedad, de intranquilidad colectiva.

Estudios han evidenciado que quienes viven en zonas de alto ruido -por ejemplo próximos a un aeropuerto o una carretera de alto tráfico- son susceptibles de sufrir efectos nocivos sobre su salud como presión arterial alta.

Lamentablemente, el panorama empeora en nuestro país con los calendarios, el electoral es uno de ellos. Estamos inmersos ya en una adelantada campaña electoral, en la cual se avizora un año de creciente y excesivo ruido. Ruido lleno de promesas de mejora de nuestra vida, de más empleo, de atención a nuestras necesidades, de insultos, de denuncias de toda índole y un largo etcétera; como si no estuviéramos todos saturados de esas prácticas. ¿Algo nuevo nos depara las campañas? Lo dudo; solo mucho ruido.

Muchas autoridades locales no valoran y la mayoría no tiene la capacidad para ejercer un control en sus jurisdicciones de la contaminación acústica. Se entiende, ni siquiera pueden mantener vías expeditas de los prestes o fiestas vecinales que las cierran cuando quieren y como quieren, o de constructores privados que cierran calles y eliminan aceras a su necesidad y antojo.

El respeto por el espacio libre de ruido que deberían tener los otros no se enseña. Niños y jóvenes de colegios fiscales y particulares enloquecen a los vecinos lo mismo con el ensayo de una banda o de una celebración para las madres. Los payasos de los locales de fiestas infantiles pueden lograr que tu mañana de sábado sea una verdadera pesadilla.

El silencio es una forma de comunicación y hay silencios que dicen muchas cosas, lamentablemente en sociedades llenas de ruidos estridentes hemos perdido la sensibilidad de valorarlos.