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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Vamos todos al cine

Precios elevados. En los últimos años, los precios para las diferentes funciones de cine, más aún en fin de semana, se han vuelto prohibitivos para las familias, porque las entradas están por encima de los 30 bolivianos.<BR>
Vamos todos al cine
Hoy es una buena oportunidad para que todos los que gustan del séptimo arte puedan acudir, en familia, a disfrutar de una o más películas que se exhiben actualmente en las diferentes salas cinematográficas.

La Cámara de Empresarios Cinematográficos de Bolivia determinó que, por hoy, las entradas a cualquiera de sus funciones sea de 10 bolivianos, un precio accesible que permitirá que toda la familia pueda disfrutar de una función, por el Día Internacional del Cine.

Los cinéfilos podrán asistir a los diferentes escenarios en sus funciones matutinas, vespertinas y nocturnas. Hay películas para niños, adolescentes y personas mayores, para todo gusto.

En los últimos años, los precios para las diferentes funciones de cine, más aún en fin de semana, se han vuelto prohibitivos para las familias, porque, además de las entradas que están por encima de los 30 bolivianos, se necesita dinero para comprar refresco, pipocas o algún otro alimento, sin contar con el pasaje en micro o taxi.

Por eso, esta iniciativa, que debería extenderse a por lo menos una vez al mes, es importante, ya que permitirá a mucha gente asistir al cine y, como decíamos a un inicio, disfrutar de una buena película.

El 21 de marzo es otra fecha en la que las familias pueden disfrutar de buenas películas, a 10 bolivianos, porque se celebra el Día del Cine Boliviano, que fue instituido en homenaje al sacerdote jesuita Luis Espinal, asesinado por paramilitares el 21 de marzo de 1980.

Y cuando nos referimos al cine boliviano, es casi obligado hacer una reflexión sobre la importancia que tanto el público como los dueños de las salas cinematográficas le otorgan al séptimo arte que se produce en el país.

Si bien en las salas locales se proyectan actualmente con más frecuencia las películas bolivianas, de diferentes directores, no es menos cierto que se las coloca en horarios poco convenientes para el público y están en cartelera apenas días, muchos menos de los que permanecen los filmes comerciales.

En algunos casos, los encargados de hacer la programación en las salas cambian, aparentemente a su antojo, los horarios de las películas nacionales, con el consiguiente perjuicio para las personas que llegan hasta el cine.

Se debe también reflexionar a quienes gustan del cine para que le presten mayor atención a la producción nacional y no se decanten solo por las salas en las que se ofrece películas de acción, comerciales.

En los últimos años, el cine bolivianos ha adquirido nuevos bríos, con actuaciones más impecables, mejor fotografía y sonido, entre otros aspectos.

En suma, el cine boliviano ha mejorado ostensiblemente, cuantitativa y cualitativamente, a tal punto que varias cintas han obtenido premios internacionales en festivales de valía. Pero, lo que se debe observar es la reducida cantidad de público en las funciones.

No se puede negar que el cine boliviano tiene todavía que mejorar, pero no para competir con las películas comerciales -porque de esas hay muchas, sino con el fin de ser una alternativa, un cine diferente.

Los empresarios que están a cargo de las diferentes salas cinematográficas de Cochabamba y del país deberían apostar también por el cine independiente, especialmente europeo, porque los cinéfilos quieren experiencias diferentes, cine de calidad.

Para recuperar a los cinéfilos, y que el cine vuelva a ser un espectáculo de multitudes, es necesario promocionar más el séptimo arte, no solo trayendo al país buenas producciones, sino también haciendo que el precio de las taquillas sea más accesible.

En algunas oportunidades, las salas han estado casi vacías, en el mejor de los casos con una docena de personas, porque muchos prefieren esperar la versión pirata. Por eso es urgente recuperar el buen hábito de ir al cine.