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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Mercados sin uso, elefantes blancos

Sin resultados. Concejales denunciaron reiteradas veces que es inadmisible que algunos mercados que costaron tanto dinero no se utilicen, pero hasta la fecha sus palabras no surtieron efecto.<BR>
Mercados sin uso, elefantes blancos
Definitivamente, la descentralización de los mercados en Cochabamba no está funcionando. Infraestructuras que se edificaron con millonarias inversiones no se utilizan, en algunos casos por las deficiencias en la construcción y, en otros, porque los vendedores no ocupan los puestos disponibles.
El mercado Santa Bárbara, ubicado al sur de la ciudad, es una muestra patente de que el plan de llevar a las vendedoras a los barrios, y de ese modo descongestionar la zona de La Cancha, no ha logrado los objetivos que se trazaron hace más de una década las autoridades de la Alcaldía.
La construcción del mercado Santa Bárbara se inició en 2007 y concluyó dos años después. Demandó una inversión de 10 millones de bolivianos.
Las comerciantes nunca ocuparon sus puestos y la infraestructura se deteriora cada día más, como sucede cuando no se utiliza un ambiente. Este espacio, además de tener los vidrios rotos, las paredes con rajaduras y grafiteadas, se ha convertido en un lugar donde se concentran los denominados cleferos.
Concejales han denunciado mediante la prensa, en reiteradas oportunidades, que es inadmisible que esta infraestructura que costó tanto dinero no se utilice, pero hasta la fecha sus palabras no surtieron efecto alguno.
El mercado Santa Bárbara tiene capacidad para albergar a más de 300 comerciantes y, aunque parezca irrisorio, los vendedores instalan sus puestos de frutas, verduras y abarrotes en la parte externa de la infraestructura.
Las autoridades deben dar una solución inmediata a este problema que se arrastra desde hace nueve años, y si los que se han adjudicado los puestos se niegan a ocuparlos, entregárselos a otros que sí quieran trabajar.
El mercado Coraca es otro ejemplo de lo que no se debe hacer. Esta infraestructura, totalmente deteriorada, se encuentra también desocupada y los comerciantes de alimentos y ropa se han adueñado de las calles aledañas, todos los días de la semana.
El segundo nivel de este mercado que está a medio construir se mueve cuando más de cinco personas caminan sobre él, y los pilares de hormigón están deteriorados, según pudo confirmar OPINIÓN en varias visitas que realizó al lugar.
La obra gruesa de este mercado, que posiblemente tenga que demolerse, le costó al municipio al menos 7.8 millones de bolivianos. Se encuentra a tres kilómetros de la ciudad, cerca de la avenida Víctor Ustáriz, zona de la Chimba.
Otro mercado, que sí está concluido, pero no ocupado en su totalidad, es el Modelo del Norte. La obra demandó una inversión de 7.6 millones de bolivianos, financiados por la Unidad de Proyectos Especiales.
En el caso del mercado Coraca, los comerciantes aseguran que no ocupan los ambientes porque están inconclusos. Las vendedoras prefieren permanecer en la calle, pese a que están a merced del sol, el viento y la tierra.
En algunos casos, las vendedoras o sus hijos sufrieron accidentes por el paso de vehículos que transitan por lo que queda de la calzada.
Otros comerciantes argumentan que no ocupan los puestos que les fueron adjudicados porque la gente no llega a los mercados descentralizados, y por eso prefieren mantenerse hacinados en la zona de La Cancha.
Si bien la gente está acostumbrada a comprar sus alimentos en La Cancha, no es menos cierto que, si se fortalecen los mercados zonales, más temprano que tarde la gente preferirá acudir a ellos, porque están cerca de sus hogares.
Las autoridades del municipio deben realizar campañas para motivar a la gente a que compre cerca de sus barrios. Y para lograr que las personas dejen de ir hasta el centro de la ciudad, gastando pasajes, la Intendencia deberá hacer un control minucioso de los precios y la calidad de los productos que se ofertan en los mercados descentralizados.