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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Crisis: Venezuela y EEUU en apronte

Diálogo. Definitivamente, una opción armada es impensable. Lo que sí se debería hacer es trabajar para resolver la crisis humanitaria que afecta a millones de venezolanos, que sufren por la escasez de alimentos.<BR>
Crisis: Venezuela y EEUU en apronte
El cruce de palabras y de acusaciones entre los mandatarios de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Estados Unidos, Donald Trump, se intensificó en los últimos días, a tal extremo de que el Presidente estadounidense advirtió, el pasado 26 de septiembre, que “todas las opciones” siguen sobre la mesa con respecto al país caribeño y que baraja alternativas “fuertes” y “menos fuertes”.

La advertencia del presidente de Estados Unidos apunta al Gobierno de Venezuela, que está al mando de Maduro, a quien le piden que deje de torturar a su pueblo y perseguir a los opositores que son contestarios.

Estados Unidos dejó entrever que no se puede descartar una intervención militar para restaurar la democracia en el país caribeño, que está sumido en una profunda crisis política y humanitaria.

El Gobierno de Colombia, abiertamente contrario al Gobierno de Maduro, expresó su desacuerdo con una posible intervención militar, porque, según el procurador general de ese país, Fernando Carrillo, la Corte Penal Internacional (CPI) tiene la capacidad “de parar el régimen de impunidad” del presidente Nicolás Maduro.

Producto de la crisis económica que se vive en Venezuela, en los últimos meses más de 3.2 millones de venezolanos habrían salido de su país para dirigirse a naciones limítrofes como Brasil y Colombia, además de otros de la región.

La crisis que golpea a Venezuela ha desatado especulaciones a tal punto de barajarse una posible invasión a su territorio, liderado aparentemente por Estados Unidos.

El presidente Maduro salió al paso y denunció que Estados Unidos busca una excusa, en este caso la de la crisis humanitaria, para una intervención militar internacional, siguiendo “el mismo esquema de las armas de destrucción masiva en Irak”, según una nota de la agencia EFE.

Si bien varios gobiernos de la región se han pronunciado pidiendo que cese la persecución a los políticos opositores y se libere a los que están encarcelados, lejos está la posibilidad de plantear una intervención militar, porque eso definitivamente traería una gran inestabilidad a la región.

Es poco probable que se desate un conflicto armado en la región, porque, estamos seguros que ni los gobiernos ni los pueblos lo permitirán.

Lo más sensato es que, de una vez por todas, se establezcan canales de diálogo en Venezuela para que los sectores duramente enfrentados inicien conversaciones honestas con la firme intención de llegar a buen puerto, que beneficie especialmente a los millones de venezolanos que cada día peregrinan en busca de un pedazo de pan, porque de la carne ya se olvidaron hace mucho.

Los miles de venezolanos que han salido de su país intentan rehacer sus vidas en tierras extrañas. En Bolivia, y más concretamente en Cochabamba, es frecuente ver a hombres y mujeres vendiendo arepas venezolanas.

Si bien cada país es soberano para solucionar sus conflictos internos entre gobernantes y la población, los gobiernos de la región no pueden observar desde el palco cuando se presenta una crisis humanitaria como la que hay en Venezuela, pese a que el Gobierno de Nicolás Maduro insiste en que la misma es ficticia.

La crisis en Venezuela y sus impasses con otras naciones, especialmente Estados Unidos, ha tenido repercusión en la Asamblea General de Naciones Unidas que se realiza en Nueva York. Maduro denunció al Gobierno de Donald Trump de “agredir al pueblo venezolano, pero se mostró dispuesto a reunirse y dialogar con el Mandatario estadounidense.

Definitivamente, una opción armada es impensable. Lo que sí se debería hacer es trabajar para resolver la crisis humanitaria que afecta a los millones de venezolanos, que sufren por la escasez de alimentos y medicinas.