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  • Diario Digital | jueves, 18 de abril de 2024
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Cañerías vetustas y un nuevo sistema

Proyectos. Los cochabambinos necesitamos no solo escuchar buenas noticias en nuestro mes aniversario, sino que las palabras se concreten en obras, de manera rápida y eficiente.<BR>
Cañerías vetustas y un nuevo sistema
Las roturas de cañerías de agua potable se han incrementado desde que la empresa Misicuni empezó a enviar mayores volúmenes de agua, con el consiguiente perjuicio para diferentes sectores de la población que no reciben este servicio por uno, dos o más días. Ante la emergencia, deben comprar el líquido elemento de carros cisterna, lo que implica a su vez gastar más dinero.

Los constantes reventones de ductos por la llegada de mayores volúmenes de agua de Misicuni es una constatación de que las tuberías están obsoletas, no tienen el diámetro suficiente para soportar la cantidad de líquido que se transporta o que las mismas están vetustas por su antigüedad.

El gerente del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa), Joaquín Antezana, afirmó en una entrevista con OPINIÓN, que los reventones de cañerías en distintas zonas de la ciudad son ocasionados por el aumento gradual de agua de parte de la empresa Misicuni.

En otros casos, los reventones son causados por trabajos que realizan empresas, públicas o privadas, que construyen alguna obra de infraestructura.

Empero, al margen de cuáles sean las causas de las roturas de cañerías, es evidente que se desperdicia agua potable que hace falta a determinados sectores de la población, en la zona sur, por ejemplo. Además, se deja sin este servicio básico a familias que deben recurrir a sistemas alternativos, algunos más caros, porque no pueden prescindir del mismo en su cotidianidad.

La precariedad de la red de agua potable en Cochabamba es un problema que se arrastra desde hace más de una década. Sin ir muy lejos, el 29 de noviembre de 2017, Semapa informó que se reportaba cada día entre 10 y 15 rupturas de ductos de agua y alcantarillado, “porque las tuberías no están en condiciones de recibir caudales con presión elevada”, advertía el entonces gerente de Semapa, Gamal Serhan.

Para solucionar en forma definitiva este problema, el municipio, en coordinación con la Gobernación y el Gobierno, deberá realizar, de una vez por todas, la renovación total del sistema de agua potable, tomando en cuenta el crecimiento de la población, con una proyección de por lo menos 50 años.

La renovación de la red de agua potable y del sistema de alcantarillado es un proyecto que se ha anunciado en forma recurrente en los últimos años, pero a la fecha no se lo ha ejecutado.

En varias oportunidades, Semapa anunció que cuenta con un plan de renovación de la red de agua potable que presentó al Ministerio de Medio Ambiente y Agua, pero que no se termina de concretar. Se trata del uso de una tecnología de excavación sin zanja que reduce los perjuicios, para no cortar servicios ni interrumpir calles.

La antigüedad de las tuberías provoca, además, la pérdida de hasta un 40 por ciento de líquido que se envía desde Semapa, por las fugas que se producen en los kilómetros de red que están instalados en la ciudad.

La empresa de servicios básicos presentó en 2017 un nuevo proyecto al Ministerio de Medio Ambiente y Agua para la renovación de las redes de agua potable en los 90 manzanas del Casco Viejo, con una inversión de 19 millones de bolivianos.

Semapa informó el 25 de agosto pasado que los trabajos de renovación marchaba en el norte de la ciudad, Distrito 10, con la tecnología de excavación sin zanja.

Ojalá que este nuevo anuncio no sea uno más de las muchas promesas que se han lanzado, en muchos casos al calor de las campañas que buscan captar nuevos electores o los aplausos de los vecinos, para que apoyen la gestión de una autoridad.

Los cochabambinos necesitamos no solo escuchar buenas noticias en nuestro mes aniversario, sino que las palabras se concreten en obras, de manera rápida y eficiente.