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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Conflicto palestino-israelí

Conflicto palestino-israelí
El Estado de Palestina sigue comprometido con la paz y las negociaciones basadas en la ley internacional y las resoluciones de legitimidad internacional. Es nuestro derecho tener nuestro estado independiente, viviendo junto al Estado de Israel en paz y seguridad en las fronteras de 1967. Estamos preparados para entablar con Israel relaciones de buena fe en un marco internacional, multilateral, que incluya garantías internacionales, así como mecanismos de implementación y rendición de cuentas bajo el patrocinio de las Naciones Unidas.

Mi pueblo sigue padeciendo grandes injusticias desde hace 101 años a las que la comunidad internacional debería haber puesto fin hace mucho tiempo. En 1917, el secretario de Exteriores británico, Arthur Balfour, prometió nuestra tierra en una carta dirigida a Lord Rothschild, un líder de la comunidad sionista británica. En 1947, las injusticias continuaron con el Plan de Partición de la ONU, llevando a la pérdida de cerca del 78 por ciento de la tierra de la Palestina histórica y al refugio de unos dos tercios de la población palestina indígena de ese momento.

La causa de los refugiados palestinos es, por lo tanto, emblemática de la lucha palestina hacia la materialización de nuestros derechos inalienables. El mismo establecimiento de la UNRWA (agencia de la ONU para los refugiados palestinos) se basa en la resolución 302 de la ONU de 1949 para que esta agencia proporcione servicios y asistencia a los refugiados palestinos y sus descendientes hasta la resolución del asunto de los refugiados en todos sus aspectos. Hasta entonces, ningún estado tiene el derecho de cambiar o cancelar el mandato de la UNRWA.

A pesar de estos injustos eventos históricos, hemos analizado detenidamente vías pacíficas con la comunidad internacional basadas en el derecho internacional, creyendo que el Consejo de Seguridad de la ONU cumpliría con sus obligaciones como principal garante de la paz y seguridad internacionales. Empezando por la Conferencia de Madrid en 1991 y siguiendo con los Acuerdos de Oslo en 1993, mostramos flexibilidad basada en la confianza con nuestros mediadores y socios negociadores, esperando que nuestro compromiso de buena fe y la adherencia a la ley internacional nos llevaría a un estado pleno.

Este año se cumplen 25 años desde que se firmaron los Acuerdos de Oslo. En lugar de lograr un acuerdo sobre el estatus final dentro del plazo de cinco años, las recompensas sistemáticas de la comunidad internacional a Israel hicieron que el Gobierno israelí intensificara sus actividades de colonización, casi triplicando el número de colonos en menos de 25 años. Estas violaciones sistemáticas de la ley internacional y de las resoluciones de la ONU no son algo que se resuelva mediante negociaciones. Aquellos que han evitado responsabilizar a Israel no nos han acercado más a un acuerdo, sino que han alentado la destrucción israelí de los requisitos básicos para la paz.

Estamos decididos a avanzar en la búsqueda de nuestro proyecto nacional de independencia y libertad. Esto solo se materializará cuando la comunidad internacional responsabilice a Israel de sus obligaciones internacionales, trabaje para acabar con la ocupación y el Consejo de Seguridad de la ONU cumpla con sus obligaciones de mantener la paz y seguridad internacionales.

Hoy, la causa palestina está en una peligrosa encrucijada.