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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Ciclista llora al recordar a su bebé

Ciclista llora al recordar a su bebé

El canadiense Michael Woods (Education First), un prometedor exatleta de 1.500 que, por lesiones, tuvo que cambiar las zapatillas por la bicicleta, emocionó en la cima del Monte Oiz con su primer triunfo profesional y la dedicatoria a Hunter, el hijo que no pudo nacer cuando su mujer cumplía 37 semanas de embarazo.

Woods, de apodo Rusty, literalmente “oxidado”, nació en Ottawa hace 31 años, allá donde los niños sueñan con ser figuras del hockey sobre hielo.

Era seguidor del equipo de Toronto. Su sobrenombre poco tiene que ver con su faceta deportiva y su personalidad, como demostró levantando los brazos en la inédita cima situada a 1.000 metros de altitud, por encima del Mirador de Bizkaia.

Allí rompió a llorar. Lágrimas desconsoladas, ajenas a la alegría habitual después de un gran éxito deportivo. La carga emotiva iba mucho más allá.

“No pudo dar a luz y pasamos unos momentos muy difíciles. Además, mi mujer perdió a su padre hace un mes. Un año complicado. Quería ganar por los dos”.

Woods es protagonista de una curiosa historia. Desde joven apostó por el atletismo, el deporte que le llenaba e ilusionaba. Siendo júnior se mostró ante todo el mundo como una joven promesa mundial. Con 17 años corrió los 1.500 metros en 3:42 y se proclamó campeón en su categoría, en los Juegos Panamericanos.

En Canadá ya se pensaba en él como una figura en las pistas de tartán. Él soñaba con participar en los Olímpicos y alcanzar una medalla. Su pie izquierdo se encargó de llevarle la contraria.

En 2007, todos los planes en el atletismo se vinieron abajo. Las lesiones se cebaron con su tobillo y no pudo rendir a su nivel. Los médicos le recomendaron abandonar el atletismo. Fue luego cuando se dedicó al ciclismo.