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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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SOPORTA MÁS DE UNA DÉCADA DE CRISIS POLÍTICA

Quillacollo festeja su aniversario 113 y precisa obras de agua potable y hospital de tercer nivel

Con una población mayoritariamente joven, pero sin un horizonte claro, por la falta de planificación urbana y políticas de desarrollo, el municipio celebra un nuevo aniversario.<BR>
Quillacollo festeja su aniversario 113 y precisa obras de agua potable y hospital de tercer nivel



Quillacollo, una de las principales ciudades intermedias del país, celebra hoy su 113 aniversario. Su población, que ya supera los 160 mil habitantes, es mayoritariamente joven y económicamente activa. Sin embargo, su desarrollo continúa postergado por la falta de políticas municipales que respondan a las demandas de sus habitantes y logren la convergencia de los esfuerzos y aportes públicos y privados. 

Considerado uno de los municipios más conflictivos del país, Quillacollo, en los últimos 14 años, ha tenido 10 alcaldes que cayeron por corrupción o la confrontación política.

En junio pasado, un juez ordenó la suspensión temporal del alcalde Eduardo Mérida, del Frente Para la victoria (FPV), por presunta falsificación de su libreta militar, y en su lugar asumió el concejal Zacarías Jayta, de la misma sigla, con apoyo del Movimiento Al Socialismo (MAS).

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) la proyección poblacional de Quillacollo a 2018 es de aproximadamente 162 mil habitantes, y está entre las 12 urbes más grandes del país. Conocida internacionalmente por la festividad de la Virgen de Urcupiña.

Según el Censo de Población y Vivienda de 2012, el 41 por ciento de los quillacolleños tienen entre 0 y 19 años de edad; el 31 por ciento , entre 20 y 39; el 15 por ciento , entre 40 y 59, y el 13 por ciento aproximadamente es mayor de 60 años.

Las principales actividades económicas que tienen los habitantes de este municipio son el comercio, el transporte, la industria manufacturera y la agricultura, en la que destaca la floricultura. 

El rápido crecimiento poblacional de la urbe en las últimas  décadas (en 2001 tenía 104 mil habitantes) y su dinámico flujo migratorio no han sido adecuadamente acompañados por políticas de desarrollo urbano y social, según expertos, vecinos y autoridades.

EL TREN Y LA AVENIDA Durante el auge de la Minería, en el siglo pasado hasta su desmantelamiento, en los años 70 y 80, el ferrocarril hacía una de sus principales paradas en Quillacollo para  recoger cargamentos de verduras y frutas  destinadas a los centros mineros.

Luego de la relocalización (1985), miles de trabajadores mineros despedidos llegaron a esta ciudad en busca de nuevas oportunidades y atraídos por el clima de esta parte privilegiada del valle, donde encontraron espacio para fundar los barrios que llamaron como sus centros mineros: Siglo XX, Quechisla y muchos otros, y cuya descendencia ahora es parte de la población de jóvenes quillacolleños.

El tren ya no corre por estas tierras desde  hace casi 40 años, pero ahora se ven movimientos de tierras para lo que será el Tren Metropolitano prometido por el Gobierno de Evo Morales como un nuevo motor de desarrollo.

La avenida blanco Galindo, de 13 kilómetros, que une a Cochabamba, la ciudad capital, con Quillacollo, se ha convertido en una importante vía  para la economía del municipio. A lo largo de esta ruta, desde su construcción, se han instalado importantes fábricas, generadoras del fuentes de empleo, pero que también han sufrido los embates de las crisis económicas y otros factores como el contrabando, según el profesor Carlos Vargas, exconcejal y exsecretario de Cultura, de la Alcaldía quillacolleña.

Hacia finales del siglo XX y principios del XXI, Quillacollo, como otras ciudades del país, ha aportado a la ola migratoria. Cientos, si no miles, partieron hacia Estados Unidos y Europa, particularmente España; sin embargo, como la tierra siempre atrae, se los ve con frecuencia de retorno, unos de visita y otros para quedarse.

Este fenómeno de emigración, que permite a cientos de familias ser receptoras de remesas, un importante factor del movimiento económico de la región, deja también una responsabilidad al Estado, más que económica, de educación, por la separación de padres e hijos, en innumerables casos. 

El himno de esta tierra reza: “Quillacollo, la altiva y gloriosa, flor del valle de eterno esplendor...”. Sin embargo, sin políticas de desarrollo de impacto y con una crisis municipal endémica que todavía no vislumbra una salida clara, corre el riesgo de quedarse sin gozar de eterno esplendor.

14 Septiembre 

El municipio de Quillacollo y la provincia del mismo nombre a la que pertenece cumplen este 14 de septiembre 113 años de creación. Sin embargo, los actos de celebración, para no coincidir con el aniversario departamental, son realizados el 12 de septiembre.

La urbe crece sin ninguna planificación 

“El comercio y los intereses económicos de las autoridades de turno” han definido, en las últimas dos décadas, la expansión descontrolada urbana en el municipio de Quillacollo, en criterio del presidente del Colegio de Arquitectos de esa ciudad, Rodolfo Claros Vargas.

“El único plan maestro de desarrollo urbano de Quillacollo data de hace más de 20 años, pero ese plan ha sido vulnerado desde su origen. La mancha urbana ha crecido descontroladamente, avasallando áreas verdes, y sin ningún tipo de previsión ni proyección”, sostiene Vargas.

Más del 50 por ciento de las viviendas adolece de irregularidades y muchos barrios se han erigido en áreas verdes o que estaban destinadas a la agricultura.

En el centro de Quillacollo, el metro cuadrado de terreno puede costar entre los 1.500 y 2.000 dólares, igual o más que en la ciudad de Cochabamba, según las inmobiliarias.

Entre los factores que habrían encarecido desmedidamente el precio de la propiedad privada están la gran llegada de inmigrantes y las remesas de los quillacolleños que emigraron.

“Es el carácter comercial que tiene el municipio. Se quiere darle aires de turismo y producción agrícola, pero la principal actividad económica es el comercio. No hay plan de desarrollo que se pueda hacer cumplir por la debilidad del municipio”, afirma el presidente del Colegio de Arquitectos.

El transporte público también ha tomado, sin ningún control, las calles principales de la ciudad, contribuyendo al caos.

Vargas considera que urge retomar la planificación de Quillacollo. “Se necesita autoridades con idoneidad y con una formación política madura, seria, que trabajen por el interés de la ciudadanía y no por el interés económico de su entorno”, sostiene.

Apuntes

Provincia

La provincia de Quillacollo, que tiene como capital al municipio del mismo nombre, fue creada por ley del 14 de septiembre de 1905, durante el Gobierno de Ismael Montes.

Cinco municipios

La provincia tiene una población de 335,393 habitantes, según el Censo de 2012.

Cuenta con los municipios de: Quillacollo (capital), Vinto, Sipe Sipe, Colcapirhua y Tiquipaya.

Distritos

El municipio de Quillacollo está dividido en 10 distritos, cinco urbanos y cinco rurales.

Distrito 1. Sapenco y Tacata.

Distrito 2. Piñami, que abarca Iquircollo Central.

Distrito 3. Santo Domingo.

Distrito 4. La Chulla, incluye las comunidades de Paucarpata, Illataco, La Chulla, Esmeralda e Ironcollo.

Distrito 5. Pandoja-Piñami, comprende las comunidades de Pandoja, Piñami, Poepocollo, Barrio Minero y Esquilán.

El Distrito 6. Urkupiña, ámbito rural-urbano: corresponde a las comunidades de Caico Alto, Molle Molle, Cotapachi y Urkupiña.

Distrito 7. Bella Vista.

Distrito 8. El Paso.

Distrito 9. Misicuni.

Distrito 10. Apote, Marquina y El Paso.