El serbio Novak Djokovic, sexto cabeza de serie, venció ayer por 6-3, 7-6 (4) y 6-3 al argentino Juan Martín del Potro, tercer favorito, en la final masculina y se proclamó campeón del Abierto de Estados Unidos.

El duelo entre ambos fue el decimonoveno, con ventaja de 15-4 para Djokovic, campeón en Flushing Meadows en 2011 y 2015, que disputó la octava final, pero la primera de un Grand Slam contra Del Potro, que se llevó el título en 2009.

Djokovic, de 31 años, que suma 14 trofeos de Grand Slam, ha recibido un premio en metálico de 3.800.000 dólares como ganador de este último grande, mientras que del Potro, de 29, 1.850.000 dólares como segundo.

El partido comenzó con un Djokovic instalado en el fondo de la pista de Flushing Meadows para restar al mejor golpe de derecha del circuito y un excelente servicio de Del Potro, que pudo aguantarlo hasta el octavo juego, cuando llegó el break inicial que consiguió el serbio.

Eso fue todo lo que necesitó Djokovic para mantener el suyo con seguridad, especialmente el segundo saque, y en 42 minutos había ganado la primera manga. Del Potro no sintió el peso del primer set perdido, pero tenía que encontrar la manera de conseguir un quiebre, y más cuando en el tercer juego el rival le rompió su servicio.

Todo parecía indicar que se iba a repetir la historia de la primera manga, pero el de Tandil logró su primer break. Ahí comenzó el mejor tenis de Del Potro, que en el octavo juego puso contra la pared a Nole.

El serbio le quitó el momento a del Potro para mantener una batalla de intercambios de golpes hasta el desempate.

En la muerte súbita, Djokovic se recuperó. Con dos sets en contra se acabaron las opciones del tandilense.

El campeón comenzó así la manga definitiva con el servicio en su poder. En el cuarto juego rompió el de su oponente para ponerse con 3-1. Del Potro no quería entregarse y surgió. Sin embargo fue un espejismo.

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Horas con 15 minutos duró el partido que consagró a Nole en la cima del Abierto de Estados Unidos (US Open).