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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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 DESDE EL CUARTO PROPIO

Educación integral en sexualidad

Educación integral en sexualidad
Cada vez que se anuncia que la currícula y los programas escolares incluirán aspectos de sexualidad, los padres y madres de familia sufren un ataque de pánico. Temen que hablar o difundir información sobre sexualidad sirva para “abrir los ojos” de niños, niñas, adolescentes y jóvenes y que incentive el inicio de relaciones sexuales, que es parte de los mitos y prejuicios que existen en torno a la sexualidad y que son el motivo que impulsa movilizaciones que expresan rechazo radical a la inclusión de la educación integral en sexualidad.

La educación sexual integral es parte de los derechos sexuales y derechos reproductivos, reconocidos en el Consenso de Montevideo que plantea como medida prioritaria para los Estados asegurar la implementación de programas de educación integral para la sexualidad, reconociendo la afectividad, desde la primera infancia, respetando la autonomía progresiva del niño y de la niña y las decisiones informadas de adolescentes y jóvenes sobre su sexualidad, pero también reconoce que es prioritario para prevenir el embarazo en la adolescencia y eliminar el aborto inseguro.

A pesar de ello, se estima que en Bolivia solo el 3.2 por ciento de la población accede a una educación integral para la sexualidad, es decir que de cada 100 personas, 97 no han tenido información sobre el funcionamiento de sus cuerpos, su sexualidad y reproducción o sobre sus derechos sexuales y reproductivos.

Contrario a lo que se piensa, la educación integral en sexualidad en las aulas contribuye a consolidar seguridad y autonomía en las decisiones, y de acuerdo a la evidencia, se suele postergar el inicio de las relaciones sexuales o asumir el uso de métodos anticonceptivos para prevenir enfermedades de transmisión sexual o embarazos no deseados.

Desde 2014, el 4 de septiembre en Bolivia se celebra el Día de la Educación Sexual y Reproductiva Responsable, (Ley 520) como una oportunidad para recordar que tanto el Órgano Ejecutivo y los gobiernos municipales y departamentales deben impulsar programas, campañas, ferias, talleres, seminarios de información integral, respetuosa y preventiva en cuanto a la educación en salud sexual y reproductiva responsable. Saber es poder, para decidir, prevenir y planificar nuestras vidas.