Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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DIOS ES REDONDO

Modric, ese loco bajito

Modric, ese loco bajito
Y sí: seguimos rastreando los últimos resabios del Mundial de Rusia. El instinto balompédico nos dice que toca seguir con más seriedad la Liga boliviana. Y como el Wilster está reviviendo en el Clausura, puede ser, pero no alcanza. La proximidad geográfica nos emplaza a estar más atentos a la Libertadores, pero tras la calamitosa eliminación del Rojo, hace ya casi un año, no tiene mayor sentido. De más está precisar que no hay ningún club boliviano que siquiera haya asomado a los octavos de final de esta edición que se terminaron de jugar la semana pasada. ¿Cómo saciar, entonces, el hambre de más fútbol, sin nada más comprometido que el amor por el juego? Pues buscando refugio en las ligas europeas.

Los torneos más competitivos del Viejo Continente -España, Inglaterra, Italia, Francia- ya están en marcha.

Messi se acuerda de ser Messi en el Barcelona. Cristiano ya no sabe cómo meter goles fuera de España. Bale hace las veces de CR7 en el Bernabeu. Neymar, Cavani y Mbappé descubren que pueden jugar y ganar juntos sin quitonearse la pelota. El Arsenal confirma que su problema no era Wenger.

Todo bien hasta acá, salvo que la reanudación de los campeonatos europeos trae también consigo sorpresas ingratas. Acaso la más amarga de todas: Modric y Courtois, el mejor jugador y el mejor portero de Rusia 2018, enfrentan la extrañeza de habitar un lugar que no les corresponde: la banca. El responsable de tamaño dislate futbolístico: Julen Lopetegui, el peor DT del Mundial pasado, aun en ausencia. No contento con arrancar su era en el club merengue perdiendo la Supercopa de Europa ante el Atlético de Simeone, el recién estrenado técnico del equipo de Florentino Pérez encara la Liga española con el croata y el belga de suplentes. Lo del otrora arquero del Chelsea se entiende un poco, en vista de que debe ganarle el puesto a Navas. Sin embargo, lo del capitán del subcampeón del mundo es incomprensible. Lo es más aún en estos días en que Lukita ha sido elegido el mejor mediocampista y el mejor jugador de toda la UEFA, este último título conquistado a costa de Cristiano, Salah y Messi (que ni siquiera apareció en la terna final). La marginación caprichosa de Modric del plantel titular del Madrid es una ofensa contra uno de los últimos cultores del fútbol que aún se juega por el piso y con la cabeza, y no así por arriba y con el físico. Como Messi, Hazard o Iniesta, el croata es uno de esos últimos locos bajitos por los que aún vale la pena seguir con más atención el fútbol europeo que el propio. Ojalá que el nefasto Lopetegui así lo entienda de una buena vez y no nos siga privando del que para muchos ya es y debería ser elegido el mejor futbolista del mundo en 2018.