Como si los periodistas cruceños tendrían la culpa de las presuntas irregularidades que se cometieron en la Alcaldía y Concejo de Santa Cruz, el martes y a su estilo, el alcalde cruceño, Percy Fernández, volvió a arremeter contra los trabajadores de la prensa.

“Usted sabe más que yo, denuncie hombre, denuncie usted… Haga seria su denuncia… lo que quiero saber es cómo responderle a usted. Fácil es ser periodista… no quiero responderle, sáquelo eso y le van a dar el premio Nobel”, dijo Fernández a una periodista que le consultó sobre el presunto sobreprecio en el pago del mantenimiento de fuentes de agua, el mismo que asciende 17.4 millones de bolivianos.

Desde hace unas semanas, tanto la Alcaldía como el Concejo de Santa Cruz están en el ojo de la tormenta. Primero se denunció el polémico caso de la compra de las bandas distintivas para los concejales, cuyo precio ascendía a 1.400 bolivianos cada una, cuando en el mercado estas valen entre 250 y 550 bolivianos.

Por esa compra, el Concejo habría erogado 84.000 bolivianos, de ellos 35.000 en la gestión 2016 y 49.000 en 2017, según la investigación del diario El Deber. Ambas compras se realizaron a la empresa Textilander.

Por ese caso, nueve funcionarios fueron suspendidos debido a que existiría indicios de responsabilidad administrativa.

Pero eso no eso todo. Luego salió a la luz los millonarios contratos que la Alcaldía suscribió con la empresa publicitaria MAHS.

El diario cruceño reveló que el municipio pagó por concepto de publicidad cerca de 14 millones de bolivianos en siete años. Asimismo, le concedió 1.492 puntos publicitarios, libres del pago de tasas y patentes.

En su descargo, la empresa en cuestión dijo que los acuerdos suscritos con la Alcaldía cruceña permitieron un ahorro de millones de bolivianos en la difusión de campañas de educación ciudadana.

Para evitar mayor controversia, la presidenta del Concejo Municipal, Angélica Sosa, sugirió al Ejecutivo rescindir el polémico acuerdo con la empresa publicitaria.

Luego, al alcalde Fernández no le quedó otra que admitir que el municipio se equivocó. Muy a su estilo, dijo: “Es la primera vez que la pelamos... no me gusta este chisme... no se qué fuerza hay para dejar libre a la municipalidad”.

Aunque el Alcalde reconoció que la pelaron (se equivocaron) al suscribir millonarios contratos con la empresa publicitaria, a la que además le dieron ciertas concesiones, el caso de la compra de bandas municipales con presunto sobreprecio y las denuncias de jugosos pagos a una compañía para el mantenimiento de las fuentes de agua deben ser investigados por las autoridades correspondientes y no deben quedar en la impunidad.

No es correcto que el burgomaestre cruceño, que está seis gestiones al mando de la Alcaldía, arremeta contra una periodista cuando esta le pregunta sobre uno de los casos en cuestión.

Asimismo, haga afirmaciones como las que realizó ayer: “Si los concejales van a robar plata tienen que robar en otro lado, no en esos proyectos pichangas. No creo en denuncias".

Pero lo ocurrido el martes por la noche no es la primera. En reiteradas oportunidades, la autoridad municipal agredió verbalmente a los trabajadores de la prensa.

El 23 de marzo de 2017, perdió la compostura y arremetió contra un periodista de la red ATB. “Siga usted nomás, parece usted más importante. Qué irrespetuosos que son los periodistas, lo felicito a usted, mierda qué tipo. Estoy hablando yo y me corta. ¿Qué me va a preguntar? Pregúnteme. Ya no sea cojudo, pregúnteme”.

Similar situación ocurrió en marzo de 2009, cuando llamó atrevida a una periodista de la red Unitel y le dijo que no podía responder a su pregunta, “nos jodió la reunión... váyase... cara de dengue. Dengue, dengue, dengue...”.