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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Restricción vehicular paulatina

Demanda. El pedido de los dirigentes de la Asociación de Radio Móviles de Cochabamba (Aramco) no es descabellado, sino justo y necesario. Transitar por el centro de la ciudad cada vez es más complicado.<BR>
Restricción vehicular paulatina
Desde 2012 a la fecha han pasado seis años desde que en Cochabamba se comenzó a aplicar la restricción vehicular al centro de la ciudad. Sin embargo, esa disposición es solo para carros particulares y radio taxis, pero no así para el resto del transporte público.

Al parecer la paciencia de los conductores de radio móviles se acabó y ayer volvieron al ataque para que los concejales escuchen su demanda de que la restricción vehicular sea universal, vale decir también para los transportistas sindicalizados en la Federación del Autotransporte y de los denominados Libres.

El pedido de los dirigentes de la Asociación de Radio Móviles de Cochabamba (Aramco) no es descabellado, sino justo y necesario. Transitar por el centro de la ciudad cada vez es más complicado por el creciente parque automotor, principalmente del público.

Aunque los dirigentes del sector federado aseguran que el número de líneas de servicio es la misma de antes, se percibe que no ocurre lo mismo con la cantidad de vehículos que tienen cada una de ellas.

A esto se suma, y se lo dijo en reiteradas oportunidades, el elevado grado de contaminación ambiental que generan los vehículos en la ciudad.

Las autoridades deben asumir acciones para resolver el caos vehicular y la contaminación de la ciudad. Ellas conocen la realidad, pero hasta ahora no se animan a hacer algo concreto.

¿Por qué no se atreven a aplicar la restricción vehicular universal, así como lo hicieron los municipios de La Paz y El Alto? o es que esperan que sectores como los de Aramco asuman medidas de presión como la que pretendían hacer ayer de instalar un piquete de huelga de hambre en pleno Concejo Municipal.

¿De qué privilegios gozan los transportistas que prestan el servicio de micro, trufi y taxi trufi? o ¿será que se desconocen las ventajas que podría traer para la ciudad?

Las autoridades deben dar soluciones, así sean paulatinas. Por ejemplo, aplicar la restricción que afecte a uno de los tres sectores hasta ahora privilegiados: micros, taxi trufis o trufis. Después de un periodo, avanzar con otro hasta que, de un tiempo a esta parte, se consolide la restricción universal.

Tal vez de esa manera se pueda ir avanzado y responder a la demanda que data de hace mucho tiempo.

Lo más probable es que los sectores afectados reaccionen, pero también deberían analizar las dificultades que ya tienen para transitar en avenidas y calles del centro de la ciudad, y las ventajas que existen cuando la cantidad de vehículos en circulación es menor.

Autoridades de la Alcaldía anunciaron que el martes próximo harán conocer la propuesta que supuestamente ya tienen lista para encarar esta creciente problemática.

Se espera que estas sean factibles y no meras promesas como las que se hicieron en agosto y septiembre del año pasado, en sentido de ampliar la restricción vehicular a las unidades de transporte público.

El alcalde suspendido José María Leyes manifestó, a principios de agosto de 2017, luego de una protesta de Aramco, que se estudiaba el tema de la ampliación de la restricción vehicular a carros del sector público. En septiembre también expresó su apoyo a la prohibición universal y hasta se refirió a la posibilidad de que se empiece aplicar a principios de 2018.

Asimismo, el 6 de septiembre de 2017, 7 de 10 concejales manifestaron a OPINIÓN estar de acuerdo con la aplicación general de la prohibición. Se espera que esa posición no haya cambiado y la próxima semana exista una respuesta concreta y de aplicación inmediata.

La restricción vehicular beneficiará a todos, porque a más de bajar los niveles de contaminación, permitirá que los carros puedan transitar más rápidamente. No se puede negar que también habrá cierto perjuicio económico para los transportistas. Pero, como dice el dicho, la ley debe ser para todos.