La raquetbolistas cochabambina Yazmine Sabja (26 años), junto a su compañera de equipo Valeria Centellas (16), se constituye en uno de los máximos íconos del ráquetbol mundial luego de conquistar la medalla de oro, en la modalidad de dobles femenino y superar a las mexicanas Moserrat Mejía y Alexandra Herrera (3-1), en San José de Costa Rica.

Ambas, sin apoyo de las autoridades deportivas del país y de la empresa privada, emprendieron un desafío deportivo llevando por delante la Tricolor y el sueño de hacer bien las cosas. Con garra, esfuerzo, entrega y amor por su país dejaron todo los diferentes partidos para luego unirse en un abrazo de júbilo para gritar "viva Bolivia".

Con muchos desprendimientos personales hicieron un esfuerzo económico junto a sus familias para viajar y jugar en Costa Rica. En el caso de Sabja, dejó a sus hijos al cuidado de su marido (Nicolás Dajbura) y de sus padres, durante 10 días aproximadamente. Mientras que Centellas tuvo que ausentarse de las aulas (prepromo del colegio San Agustín), para lograr su gran hazaña deportiva.

Sabja retornó a las canchas luego de nueve años de inactividad. Es madre de tres niños (los mellizos Katherine y Alexander de 4 años, además de Nur de 3) y le sacó tiempo al tiempo para entrenar y ponerse bien en la parte física para colgarse la medalla de plata en los Juegos Suramericanos de Cocha y alzar el oro en el Mundial que se desarrolló en Centroamérica.

La valluna no tuvo inconvenientes para explicar a OPINIÓN cómo logró recuperar su nivel competitivo en menos de dos meses y hacer historia en Bolivia.

P: Vuelve después de nueve años de inactividad. ¿Cuál es la fórmula para lograr medallas de plata y de oro?

R: La medalla de oro es el título más importante que tengo. Es muy sacrificado volver después de tanto tiempo, para mi fue muy duro sobre todo por el tema físico. Primero, logramos la clasificación a los Juegos Suramericanos, con muy poco tiempo de entrenamiento, y después superar una lesión.

Luego de los Juegos, me enfoqué mucho en el mundial y tuve una preparación física mucho más fuerte junto al profesor Jhonny Pérez, a quien le debo un agradecimiento especial porque él hizo mucho en este corto tiempo. Trabajamos para que pueda aguantar todo el mundial, jugar dos categorías (singles y dobles) es muy fuerte porque todos los partidos son de un ritmo muy alto, pues gracias a él pude cumplir con este objetivo.

P: ¿Es difícil ser madre, esposa y campeona mundial al mismo tiempo?

R: Es muy complicado. Mi esposo se quedó con mis hijos y él también viaja mucho por el trabajo. Tengo que agradecer mucho a mi esposo, primero, por dejarme hacer lo que me gusta y apoyarme. Segundo, porque gracias a él volví al raquet. Ya no quería volver y fue quien me impulsó y me convenció para jugar nuevamente.

P: ¿Es un doble el reto competir sin apoyo de las autoridades deportivas?

R:Si totalmente. Es la parte que amarra de los deportistas para demostrar sus reales condiciones y potencialidades a nivel internacional.

Esperemos que con estos buenos resultados y alegrías al país las autoridades y las empresas pongan su granito de arena.

Ahora el desafío es para las empresas privadas para que apoyen más al deporte.Ya lo demostramos que en el raquetbol somos una potencia mundial y es provechoso para las entidades respaldar a los atletas que tienen buenos resultados. Es un beneficio para ambas partes porque su imagen institucional se vería fuera de nuestras fronteras, no es un gasto es una inversión.

P: ¿Usted tiene algún patrocinador?

R: Al único sponsor que tengo es mi esposo, con su empresa American Iris Paper Company, él es impulsor de todo. Muchas veces nos apoyó a toda la Selección Nacional, como sucedió para representar al país en el Panamericano de Chile.

Sabja anticipó que va por más. Tiene el propósito de competir en el US Open que será en Estados Unidos, considerado el Gran Slam más importante del ráquetbol profesional. Además, de lograr el boleto para los Juegos Panamericanos de Lima, Perú, en 2019.

Arribo

Las raquetbolistas cochabambinas llegan hoy a la Llajta con el orgullo de ser las mejores del planeta en la especialidad.