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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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CUENTACUENTOS EN LA LLAJTA

Narradores ganan espacios y niños se apropian de cuentos

El público que asiste a esta actividad cultural aumentó de seis, en 2013, a por lo menos 50 actualmente.
Narradores ganan espacios y niños se apropian de cuentos



Mateo tiene cuatro años y observa con detenimiento los ademanes de la narradora oral. Cuando ella cambia el tono de su voz, el niño presta más atención. “Normalmente, él es distraído, pero cuando le llevo a la tarde de Cuentacuentos, de la Alianza Francesa, cambia”, afirma su madre, Beatriz Corrales.

La narración oral, tanto para niños y adultos, es un arte escénico que ha ganado terreno en Cochabamba, coinciden por separado Ana Balletta y José Marcelo Revollo, de A Ti Te Cuento, y Bernardo Franck, de La Casa del Ekeko.

Los cuentacuentos encuentran espacios para expresar su arte en los ambientes del Instituto Cultural Boliviano Alemán (ICBA), la Alianza Francesa, la Pequeteca y La Casa del Ekeko, entre algunos.

En la Llajta se realizan dos festivales internacionales de narradores orales, Cochabamba Cuento Contigo, en abril, y A Ti Te Cuento, en octubre.

TALLERES El Centro Pedagógico y Cultural la Pequeteca trabaja con talleres de narración oral para niños desde cuatro años, con el fin de incentivar en ellos la lectura y estimular la imaginación y la creatividad, afirma Ana Balletta.

Entre los objetivos están que los niños aprendan a prestar atención a una actividad, y que sean autores y narradores de sus propios cuentos y libros.

Balletta, narradora profesional del elenco A Ti Te Cuento, señala que las clases en la Pequeteca son los martes y jueves por la tarde y los sábados en la mañana. En las vacaciones, los cursos son más extensos y se admite a niños a partir de los tres años.

Subraya que, con la narración oral, se trabaja en la atención de los niños, toda vez que hoy en día se escuchan más casos de déficit de atención.

“Lo importante es, además de captar la atención de los niños, mantenerla a lo largo de una historia”.

También se estimula la imaginación y la creatividad de los infantes, porque al narrar un cuento se describen personajes y lugares, con detalles, y el niño se imagina las situaciones de acuerdo a su vivencia.

A decir de Balletta, la imaginación y la creatividad son fundamentales para el desarrollo del ser humano en general, sin importar su actividad, “porque, si una persona no tiene estas herramientas, le costará ser emprendedora, será mediocre”.

Similar criterio comparte Franck, de La Casa del Ekeko, quien asegura que aprender a narrar cuentos (en público) ayuda al niño o adolescente a mejorar su autoestima, le da mayor seguridad, pierde la vergüenza, mejora la impostación de su voz e incluso su lenguaje, y aprende el significado de las palabras y los conceptos.

“Hemos tenido niños con problemas de tartamudez y se han logrado corregir. También se ayuda a los que tienen frenillo, con ejercicios técnicos”.

LA CASA DEL EKEKO Franck destaca que la narración oral empezó a cobrar fuerza en 2013, y desde hace 14 años se realiza el Festival Internacional de Narración Escénica Cochabamba Cuento Contigo.

En La Casa del Ekeko se organiza la actividad de los cuentacuentos, los segundos viernes del mes. El 10 de agosto, por ejemplo, se puso en escena la obra “Entre rejas”, cuyo argumento trata de un juicio que se hace a los villanos de los cuentos infantiles. Además, Franck afirma que mediante la narración de cuentos, se pueden abordar temas complejos para los profesores en las escuelas, por ejemplo, en torno a la sexualidad, inclusión de género o aborto, y de la malla curricular como la Matemática y Biología.

“Durante 14 años trabajé dando talleres de sexualidad en los colegios, y la mejor manera de llegar a los estudiantes fue a través de los cuentos, porque los chicos se identifican con un personaje que es de su misma edad y ha pasado por una situación similar”.

ICBA El último viernes de cada mes se realiza una actividad de cuentacuentos en el Instituto Cultural Boliviano Alemán, denominada Vino al Cuento, que es una especie de velada para todo público, pero también hay espectáculos específicos para niños, señala la directora de la institución, Larissa Arancibia.

Lo destacable de Vino al Cuento es que el número de personas aumentó desde no más de cinco, en 2013, a unas 50 actualmente. El elenco A Ti Te Cuento arma una escenografía y, además de la narración, utiliza títeres u otros materiales, de acuerdo con la temática.

José Marcelo Revollo, de A Ti Te Cuento, afirma que la actividad de cuentacuentos en el ICBA nació como una opción cultural en 2013, para niños, adolescentes y mayores, con diferentes temáticas, desde medioambiente, feminicidios y erotismo.

Destaca que los integrantes de A Ti Te Cuento son invitados a participar en festivales en países como Argentina, Brasil, Perú, Colombia y Panamá.

Una dificultad que tienen los narradores orales es que no reciben apoyo de alcaldías o la Gobernación.

“No hay apoyo de las autoridades para la cultura, y menos para la narración oral”, afirma por su parte Balletta.

Asimismo, el ICBA realiza una jornada lúdica para niños, un sábado de cada mes, en la que se combina un show (magia o cuentacuentos) con una actividad de manualidades.

El 18 de agosto, el grupo Troquín realizará actividades con juguetes que ellos mismos fabrican de material reciclado.

ALIANZA FRANCESA En este espacio cultural se realiza también la Tarde de Cuentacuentos, desde hace ocho años.

Actualmente, la actividad, en la que la protagonista es Balletta, se realiza a las cuatro de la tarde del último miércoles de cada mes y está dirigida a niños a partir de los tres años.

Encuentro

Entre el 18 y 20 de octubre se realizará el Festival Internacional de Cuentacuentos A Ti Te Cuento, en el teatro Adela Zamudio.

Escuela forma a infantes

Los niños que desean aprender el arte de la narración oral pueden inscribirse, a partir de los 10 años, en la Escuela Latinoamericana Hecho Cuento, que funciona en La Casa del Ekeko, calle Paccieri, entre Antezana y 16 de Julio.

El director de la institución, Bernardo Franck, afirma que esta escuela es una de las cuatro que forman parte de una red latinoamericana: una está ubicada en La Habana, Cuba, y las otras dos en Córdoba y Buenos Aires, Argentina.

Las personas que estudian en una de estas cuatro escuelas de narradores orales obtienen un certificado internacional, que avala que han aprobado una malla curricular.

La escuela brinda, a decir de Franck, una enseñanza personalizada que comienza cuando el estudiante ingresa y dura como promedio siete meses.

El estudiante, después de ese tiempo, tiene unos 26 cuentos en su repertorio para poder narrar.

El niño, adolescente o adulto se entrena en los aspectos técnicos de su cuerpo, el espacio y cómo narrar los cuentos.

Uno de los narradores más jóvenes de la escuela tiene 14 años y el de más edad bordea los 40.