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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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INNOVACIÓN Y FINANZAS

Innovación y Sócrates

Innovación y Sócrates
En momentos de desaceleración económica o crisis en una empresa, es importante fomentar la creatividad interna en los empleados. Como la creatividad y la innovación van de la mano, es un aspecto clave impulsarlas para la sostenibilidad empresarial y para mejorar sus perspectivas. Pero la innovación no es una actividad en sí misma, sino que es la resultante de una cultura que promueva que las personas cuestionen y propongan, y para forjar esta cultura es importante que los empleados se sientan cómodos para opinar y encontrar nuevas ideas para innovar en nuevos productos, servicios o modelos de negocio.

Sócrates es el padre del método socrático para la indagación o búsqueda de nuevas ideas, conceptos o prismas subyacentes en la información. La práctica implica efectuar una serie de preguntas alrededor de un tema o idea central e ir respondiendo las otras preguntas que aparezcan. Por ejemplo: ¿por qué es esto importante? Supón que te equivocas, ¿qué consecuencias tendría eso? ¿Cómo llegas a esa conclusión? Etc.

En esta dinámica de fomentar la creatividad empresarial, recobra actualidad el método socrático, de cuestionarnos todo con preguntas abiertas, de dejar la zona de confort, de ser curiosos, de no ser parte de la manada, etc.

Para Fran Chuan, profesor que conocí, en el Programa de Innovación del IESE Business School de la Universidad de Navarra, hay que fomentar la innovación al estilo de Sócrates. Él señala en su último libro Autenticidad, que las personas o empleados de una empresa debemos, primero, desaprender y volvernos curiosos y preguntones. Ser capaces de mirar con otra óptica las cosas, más bien con un pensamiento creativo que incite la innovación. Y su punto de vista lo explica de manera muy sencilla y gráfica. Por ejemplo, “si te proponen hacer una nueva botella, te forzarás para hacer algo diferente, pero ya estas usando la palabra botella. Y si usas tal palabra como referencia, a partir de ahí, visualizas un envase de un determinado material que contiene una sustancia y tiene tapa”, pero si “quitamos la palabra botella y la sustituimos por recipiente para transportar líquidos ahí caben bolsas y otras cosas, y ahí es donde empezamos a ser creativos”.

Al respecto, sobre personas creativas/empresas y de recipientes innovadores, debemos recordar a los diseñadores de “Ooho”, una pequeña capa transparente que es llenada con agua, la cual es fácil y barata de hacer, es fuerte, higiénica, biodegradable y comestible. Otro ejemplo es la botella hecha de puro hielo, lanzada por la multinacional Coca Cola en Colombia, que desplaza al plástico y cristal como materiales comúnmente utilizados para sus envases regulares.

El problema es que muchas veces las personas, cuando trabajan en una organización esa curiosidad y creatividad, se mueren porque ya se tiene políticas, estrategias y procesos predefinidos y normados de cómo tienen que hacerse las cosas, estén bien o mal, pero así se tienen que hacer y por eso se le paga al empleado.

Fran Chuan recomienda a esas empresas y empleados: ”primero a desaprender a prejuzgar; lo segundo, preguntarse cosas obvias, darle la vuelta a las preguntas típicas de las escuelas de negocio; la tercera, que las preguntas se planteen en formato de pregunta abierta como el método socrático y, sobre todo, no tener miedo a las respuestas”.

Finalmente, en su libro habla de ser auténticos como personas y empresas al aseverar: “la autenticidad es la coherencia entre lo que piensas, lo que haces, lo que dices y lo que sientes: a nivel individual esto puede estar extendido, pero en el nivel directivo es un activo escaso”.