Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 20:55

DIDASCALIA

Encontrarse en la “U”

Encontrarse en la “U”
En los años que llevo como profesor universitario, me he encontrado con cientos de jóvenes que no saben por qué están estudiando una u otra carrera. Algunos me han contado que se encuentran en la universidad porque sus padres les han obligado; otros porque no quieren perder el tiempo, aunque saben que esa carrera no es lo suyo; finalmente, aquellos que pretenden encontrar lo que verdaderamente les apasiona inscribiéndose en la facultad que parece ofrecerles “algo” de lo que están buscando.

También existe el otro grupo, el de algunos -los pocos- que me han comentado que su carrera ha sobrepasado sus expectativas y que si tuvieran otra vida volverían a estudiar en esa facultad.

Incluso en los posgrados he trabajado con profesionales que, después de haber ejercido por algunos años, decidieron dedicarse a la docencia, en la que encontraron su verdadera vocación. No es entonces extraño que la vida nos dé oportunidades de descubrir nuestra vocación en distintas circunstancias, pero qué mejor que hallarla mientras estudiamos en la “U”.

En esta línea, el Tecnológico de Monterrey está proponiendo un programa de formación integral que prevé cinco ejes: Desarrollo del talento estudiantil, involucramiento en la gestión y vida institucional, comunidad incluyente, salud integral y acompañamiento para una vida plena.

El desarrollo de talentos tiene que ver con el apoyo a los estudiantes a descubrir su pasión e impulsar su desarrollo profesional y personal, la institución mexicana considera que así se puede tener estudiantes satisfechos y exitosos, más comprometidos con su profesión.

Involucrar a los jóvenes no solo tiene que ver con el gobierno estudiantil (los centros de estudiantes), sino también con otros niveles de participación y de responsabilidad; se plantea también la creación de nuevos espacios de convivencia.

La comunidad incluyente se refiere a políticas que permitan una convivencia equitativa y libre de discriminación, esto genera un espacio de amplio diálogo intercultural, además que disminuye los niveles de violencia y delincuencia dentro de la universidad.

Estimular el desarrollo mental y emocional “a través de espacios de diálogo, meditación y autorreflexión que permitan encontrar un balance físico, intelectual y ambiental”, permite generar mayor satisfacción estudiantil, mayor motivación y disminuir los niveles de ansiedad, sostiene el portal del Tecnológico de Monterrey.

Fomentar la salud integral es un desafío relacionado con el acceso a servicios médicos, actividades físicas y deportivas, buena nutrición, servicios psicológicos, que permiten a los estudiantes una vida más sana que contribuye a su aprendizaje y éxito.

El eje de acompañamiento para una vida plena tiene que ver con la asesoría para la reflexión y la autorreflexión de los estudiantes con relación a su aprovechamiento académico, y, sobre todo, con relación a la definición de sus objetivos de vida y de estudio.

Ojalá que nuestras universidades comiencen a pensar más en los jóvenes, en vez de perderse en laberintos administrativos que solo favorecen a pequeños grupos políticos. La idea es que los miles de estudiantes que asisten cotidianamente a los campus universitarios puedan contar con las herramientas para encontrarse a sí mismos.