Los trabajadores que aportaron a las administradoras de fondos de pensiones (AFP) en los primeros años, desde 1996, obtuvieron importantes porcentajes de rentabilidad, situación que no sucede actualmente.

Un análisis realizado por Alberto Bonadona, experto en pensiones, precisa que la rentabilidad más alta que registraron las dos AFP, Futuro de Bolivia y Previsión, alcanzó a 18 por ciento en 2002. Un último informe, de diciembre de 2017, señala que Futuro de Bolivia pagó 2.86 por ciento de rentabilidad y Previsión 3.19 por ciento . El promedio de ambas fue de 3.02 por ciento . Se prevé que este porcentaje siga bajando en los próximos meses.

Bonadona afirmó que la menor rentabilidad se debe a que hay gran inyección de recursos externos al país, es decir, bastante oferta de dinero para préstamos, y los intereses bajan.

Ante este panorama, poco alentador para los trabajadores activos que realizan sus aportes al sistema de pensiones, el reto inmediato de la Gestora Pública que administrará alrededor de 15.000 millones de dólares será el de mejorar la rentabilidad, de modo que dé una primera señal de confianza.

Empero, el trabajo de la Gestora, que fue creada en enero de 2015 mediante el Decreto 2248, deberá empezar por lo fundamental, transferir las cuentas de todos los asegurados, en forma limpia, y solucionar el impasse que ya surgió con la AFP Previsión.

Administrar el dinero de 2.1 millones de trabajadores es una tarea delicada, que requiere toda la atención del Gobierno y el concurso de los mejores profesionales en el área. No se debe perder de vista que son recursos que permitirán a los afiliados tener una vida digna cuando se hayan jubilado.

Sin embargo, tener a los mejores profesionales no significa que los salarios sean demasiado elevados, sino que se adecúen a la realidad económica del país. Se habló, en principio, de sueldos por encima de 70.000 bolivianos, cuando miles de trabajadores ganan el mínimo nacional, 2.060 bolivianos.

Otro desafío de la Gestora Pública, además de elevar la rentabilidad de los aportes, será mejorar las jubilaciones, toda vez que actualmente los rentistas observan que los montos que les cancelan, después de haber aportado por más de 30 años, son muy bajos.

La situación es más crítica para las personas que aportaron como máximo 20 años e incluso menos. Esta entidad estatal deberá implementar estrategias que permitan mejorar la rentabilidad de los aportes y los montos de jubilación.

Esta tarea está en manos del gerente general de la Gestora Pública de la Seguridad Social de Largo Plazo, Guillermo Tarek Antonio Kawashita, quien fue posesionado el 2 de marzo pasado.

El primer reto de la nueva autoridad es realizar la migración, que no es una tarea sencilla, debido a que las dos AFP en el país cuentan con una plataforma propia, y la información de más de 2.1 millones de personas será transferida a un software único en la Gestora.

Otra labor importante de esta institución será la fiscalización a las empresas que descuentan a sus empleados, pero no realizan los aportes correspondientes durante años, como sucedió con el Lloyd Aéreo Boliviano, AeroSur y exEcobol, entre otras. Si un empleador no cumple con el depósito de los aportes por tanto tiempo es culpa también de quien administra estos recursos.

Un reto para el gerente general de la Gestora Pública será recuperar la confianza de los asegurados en las entidades estatales, toda vez que en los últimos años hay mucho descrédito en ellas.

En suma, la Gestora Pública tendrá arduo trabajo desde el momento en que se haga cargo de los aportes de los trabajadores. El deseo de todos es que la gestión sea lo más eficiente posible, de modo que quienes aportan a este sistema puedan dormir tranquilos y esperar sus rentas de jubilación una vez que hayan cumplido los requisitos y tengan la edad para hacerlo.