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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Evo, el 21F, la medalla y la Casa Grande

Evo, el 21F, la medalla y la Casa Grande
Agosto de 2018 siempre será recordado y pasará a la historia no solo porque Bolivia cumplió 193 años de independencia, sino por los hechos que acontecieron durante la celebración del 6 de agosto, aniversario patrio, y los días posteriores.

Desde la asunción de Evo Morales a la presidencia, por primera vez la ciudad de Potosí fue elegida para ser sede de los actos de celebración del aniversario patrio.

El Gobierno escogió a la histórica Casa de la Moneda como el escenario principal para la tradicional sesión de honor de la Asamblea Legislativa Plurinacional y la emisión del discurso presidencial.

Sin embargo, la sesión y el tradicional desfile cívico se vio algo ensombrecido por las manifestaciones de colectivos ciudadanos que de diferentes lugares del país se trasladaron para exigir respeto al referendo del 21 de febrero de 2016, cuando la mayoría de los votantes rechazó la repostulación de los actuales mandatarios del país para los comicios del próximo año.

La conocida frase “Bolivia dijo No” se escuchó no solo en la Casa de la Moneda, sino en las calles potosinas. Algunos políticos como Samuel Doria Medina también hicieron sentir su presencia en apoyo a los colectivos ciudadanos que se dieron modos para visibilizarse.

Hay quienes dicen que por la presencia de quienes rechazan la repostulación, Evo acortó su discurso a un poco más de media hora, cuando inicialmente estaba previsto para dos.

Afortunadamente, la presencia de sectores que apoyan o rechazan al Mandatario, ese día, no llegó más allá de los gritos de “Bolivia dijo No” o “Bolivia dice Si”. Sin embargo, no se puede negar que el 6 de agosto de este año fue diferente al de años anteriores. En Cochabamba, las plataformas por el 21F también protestaron e ingresaron en el desfile cívico.

El 8, cuando todo estaba listo para la tradicional Parada Militar, que esta vez se decidió que se realice en el Circuito Bolivia de la laguna Alalay, en Cochabamba, el país amaneció con la noticia de que la banda y la medalla presidencial habían sido robadas la noche del martes del 7, en El Alto.

La noticia acaparó las portadas de todos los medios de comunicación, ya que no se trataba de un simple robo, sino de la medalla que Simón Bolívar había legado a Bolivia, en 1826, y que el día de la Parada Militar, también aniversario de las Fuerzas Armadas, el Presidente debía lucirla.

“Me dejaron sin medalla”, dijo Morales al referirse al robo y anunciar drásticas sanciones para los responsables de la pérdida de la joya, que equivale, según historiadores, a la corona de un rey o a la tiara papal.

La joya junto a la banda presidencial debían ser trasladadas de La Paz a Cochabamba para que Evo las luzca el 8; sin embargo, el militar encargado, antes de abordar el avión, decidió ir a una zona de El Alto donde funcionan lenocinios. En la puerta de uno de ellos, estacionó su coche y dejó, dentro de una mochila, los dos símbolos patrios. Luego de 16 horas, los antisociales decidieron devolverlos y abandonarlos en un templo.

Fueron 16 horas de movilizaciones y operativos hasta recuperar la joya de oro de 22 kilates y con incrustaciones de diamantes. El susto había pasado para las autoridades, pero no así para el teniente de Caballería que se hizo sustraer los símbolos patrios y el jefe de la Casa Militar. El primero fue enviado a prisión y el segundo fue destituido.

El 9 de agosto también será recordado, porque Evo estrenó el nuevo y moderno palacio denominado Casa Grande del Pueblo. Es una construcción, por cierto muy cuestionada por sectores de la oposición debido al costo, 240 millones de bolivianos, y a las características que tiene.

Por todo ello, agosto de 2018 siempre será recordado. El próximo año, téngalo por seguro, los medios y las autoridades volveremos a tocar el tema.