Sus incontables títulos en el fútbol, con su club Real Cochabamba, y en futsal, con su equipo Heidi, han hecho de Jhulyos Lara Ferrufino una figura departamental. No es por nada que lo llaman “Neymar”, pues es gracias a su juego y su carrera llena de lauros, a pesar de solamente tener 12 años. 

El qhochala inició en el deporte a sus cinco años, en el club Esteban Arce. Su abuelo Fernando Lara, quien fue exfutbolista profesional (clu Petrolero), es el que encaminó a Jhulios al balompié.

Luego pasó a la Academia Real Cochabamba donde se consagró campeón del Nacional realizado en Villa Montes (Tarija), en la Sub 9, Sub 10 y Sub 11.

En simultáneo, también comienzó a practicar el futsal, lo que le abrió camino en los Juegos Estudiantiles Plurinacionales, representando a Cochabamba, donde brilló por su técnica. En la misma disciplina pasó por clubes como Deportivo Quechisla y Comercial Toño, en la Sub 11 y Sub 12, de manera respectiva.

El pequeño Lara sueña con llegar a ser como Neymar, el jugador brasileño a quien admira. Sin embargo, sabe que debe trabajar duro para, primero, ser una “estrella” en Bolivia.

El Ney valluno pide a las autoridades que apoyen más a los deportistas, pues considera que “hay desatención” en la Llajta, con el tema del préstamo de escenarios.

Cuando no consigue una cancha donde entrenar, Lara se da modos para no perder el ritmo y seguir perfeccionando su juego, con la intención de llegar a ser parte de la selección boliviana de fútbol o de futsal.