Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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HÁBIL ARTESANO VUELVE A SU TIERRA

Freddy Moscoso arregló las joyas de Laura Bush

“Al principio tuve miedo, pero con la ayuda del Tata Santa Vera Cruz logré mis metas”, afirma.
Freddy Moscoso arregló las joyas de Laura Bush





Uno de los mayores sueños de muchos bolivianos es llegar a Estados Unidos. En este caso, Freddy Moscoso Cardozo es un compatriota que radica en el país del norte hace 40 años, pero afirma que es un amante de su tierra boliviana, lo que le lleva a retornar para disfrutar de la “tierra bendita” que es su Llajta.

Freddy cuenta su vivencia de un aventurero turista que conoce casi toda Europa, haciendo hincapié que llegó hasta las Islas Canarias; sin embargo, reafirma que ningún lugar tiene el encanto de Bolivia, sobre todo Cochabamba, la ciudad jardín.

El compatriota indica que se fue a Estados Unidos en 1978, acompañado de su primo Fernando Verduguez, quien al igual que él, tenía mejores expectativas de vida. Analizaron la realidad social y económica de entonces afirmando que, en Bolivia, no se podía adquirir una casa ni vehículo, entre otras necesidades indispensables o de lujo, debido a los bajos salarios.

Inicialmente se fueron con la idea de estar dos años para luego retornar y cumplir lo anhelado; pero no fue así porque sus dos años se convirtieron en una eternidad. Freddy con el conocimiento de joyería, oficio adquirido al ayudar a su tío Andrés Moscoso, quien era dueño de la conocida joyería City en Cochabamba, emprendió similar travesía, pero no le fue bien.

Este oficio de orfebre le dio muchos réditos a Freddy, fruto del esfuerzo, porque, según indica la forma de trabajo de joyería en Estados Unidos no es la misma que en Bolivia, de modo que tuvo que adaptarse, logrando el cariño y estima, tanto del dueño con quien trabajaba, como también de los clientes. Con humildad, dice: “Yo no me considero el más exitoso, pero he logrado conseguir mis metas más de lo que yo soñaba. Estados Unidos es un país muy organizado y te da todas las comodidades”, afirma.

La actividad habitual de este ciudadano es trabajar de lunes a viernes en una joyería donde según expresa, sus jefes son muy buenos, logrando entablar una buena relación de amistad, lo que le permite venir a Bolivia por el tiempo que desee sin ser sujeto a amonestaciones; además de conservar su puesto de trabajo.

Freddy es muy querido por sus jefes y clientes, quienes lo esperan ansiosamente cuando viaja a Bolivia. Se siente afortunado de contar con la amistad de esas personas, ya que pocas veces se logra este cometido, según él.

Una de sus anécdotas es haber arreglado las joyas para la esposa de George Bush, expresidente de EEUU, en Washington D.C. También arregló las joyas de una actriz que interpretó a la Mujer Maravilla debido a los buenos contactos que tenían sus jefes. Se podría decir que llegó a la cumbre cuando logró ser el joyero oficial de la esposa de Rostropovich, director de la sinfónica rusa, disidente ruso, quien reestructuró la sinfónica estadounidense. Una de las joyas más relevantes que hizo para la esposa de este músico fue un escorpión con un topacio inmenso, todo elaborado a mano. De este modo fue invitado de honor al Kennedy Center para deleitarse con un concierto que ella presentaba.

Con relación a la producción orfebre que Freddy realiza, cuenta que él no tuvo escuela en este ámbito, sin embargo, le es suficiente observar los catálogos que llegan de todos los estados para lograr un acabado finamente elaborado, esa es su única inspiración. Una de las recomendaciones o tips que da es que el joyero debe salir a dialogar con el cliente, dibujar el diseño que desea en base a los requerimientos o caprichos que tiene. Menciona que eso le da mayor seguridad al comprador porque se va convencido de que tendrá en sus manos lo que desea.

Billy Birthway fue uno de sus jefes, quien lo consideraba su hermano, dándole la confianza y amistad de salir con él a pescar en su yate. Este tipo de acontecimientos le daba a Freddy la estabilidad emocional de sentirse en familia, ya que al principio sufrió porque vivía solo, según relata.

El compatriota se siente feliz de haber ayudado a mucha gente que llegaba allá, sobre todo a su familia. Indica que llevó a todos sus hermanos para que tengan la oportunidad de mejorar su situación laboral, económica y por ende social.

Asimismo, narra sobre su estadía en este su país de origen, donde tiene un espacio para deleitarse de todo lo bueno porque según él, estar en Estados Unidos es estresante, dado que uno debe esforzarse en diferentes trabajos para sobrevivir allá, por lo que la mayor satisfacción es retornar a Bolivia para vacacionar, retomar fuerzas y volver a su vida habitual en el norte.

La recomendación que da Freddy para ser exitoso en la vida es ser disciplinado, amigable, no ser envidioso. Menciona a su amigo Óscar Saravia, empresario exitoso en Bolivia; allá en Estados Unidos, a Walter Quiroga, su primo. Él dice “hay personas que pueden tener mayor éxito que uno mismo, siendo que tú les hayas enseñado el oficio, pero eso no debe sembrar envidia en uno, sino más bien alegría por haber ayudado”.

Concluye expresando con un nudo en la garganta que su mayor deseo o expectativa es retornar para siempre a Bolivia, su país de origen. “De aquí he salido y aquí quiero morir, ese es el sueño que tengo”. Al mismo tiempo, expresa su fe en Dios y en el Señor de Santa Vera Cruz, quienes le guían y escuchan sus peticiones.

Como padre de familia se siente comprometido con la educación de sus dos hijos y el cuidado de su compañera de vida, Denia de Moscoso.

Forma una familia laboriosa con altos valores religiosos, lo cual “le trae trabajo y bendiciones” cuenta Freddy.

En su ocasional retorno, lo primero que hará será caminar hacia el cerro de Cota para agradecer y pedir salud a la Virgen de Urcupiña, una deidad que también es venerada en Estados Unidos por bolivianos radicados en esa nación del norte.

Freddy Moscoso se muestra muy solidario con sus paisanos a los cuales siempre les hace saber que no están solos. “No soy envidioso, siempre ayudo a quien me necesita”, concluye.

Hace 40 años reside en Estados Unidos.

Tuvo la oportunidad de conocer Europa, África y hasta las Islas Canarias.



Hablar

“Si quieres ganar clientes tienes que hablarles, convencerles, no estar sentado, así no se gana nada.

Muestro los diversos modelos y diseños, dejo que la clientela escoja lo que le guste, se los dibujo y se van convencidos y agradecidos por mi labor de joyería” afirma Freddy.