Un policía que fue hallado culpable de matar a tiros a dos hombres sordomudos, y de herir gravemente a una joven, en 2014, saldrá en libertad pese a que tiene una condena de 30 años de cárcel en primera instancia, según denunciaron ayer los familiares de las víctimas, durante una protesta en la plaza 14 de Septiembre.

El 21 de junio de 2014, cuatro sordomudos compartían bebidas en la plaza Corazonistas. Rubén Condori Cahuara, un policía de civil, pasaba por allí y dijo que el grupo intentó atracarlo, “y se defendió”. En el juicio se descartó esa versión. Aldrin Vargas Paniagua, de 35 años, murió con una bala en la frente, Jorge Miguel Méndez, de 26, con dos balas, una en la frente y otra en el parietal. Zoraida Copa Sánchez recibió dos balazos en la mandíbula y en el brazo. Zoraida sobrevivió, pero ya ha sido sometida a 9 cirugías de reconstrucción y aún sufre las secuelas. La madre del asesinado Jorge Miguel Méndez lloró ayer al denunciar que la apelación presentada por la defensa del policía aún no fue resuelta por la sala penal. Lo mismo ocurrió con el caso Epizana, que “durmió” ocho años sin que se sortee la apelación. En este caso, ya han pasado cuatro años y la ley establece que las personas no pueden estar detenidas por más de tres años sin sentencia ejecutoriada. La condena del policía ni siquiera llegó a Sucre para ser ejecutoriada, y ya le fijaron una fianza de 80.000 bolivianos para que salga en libertad. Anuncian medidas de presión.