Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 00:24

LÁPIZ Y ALMA

Justicia

Después de su peregrinación por diferentes sectores, la Virgen de Urcupiña llegó a Cochabamba y fue recibida por autoridades y creyentes en la plazuela Colón.

La alcaldesa suplente, Karen Suárez, se mostró muy emocionada cuando estuvo en frente de la Virgen de Urcupiña y tuvo que contener sus lágrimas, invocando en su alocución “justicia”. Así también escuché en los medios de comunicación gente que opinaba y le pedía a la Virgencita, con mucha fe y devoción, cambio de actitud de todos y que seamos más justos.

Lo que en realidad me motivó escribir estas líneas son los constantes pedidos de los creyentes a la Virgencita: unidad, inteligencia, sabiduría para nuestras autoridades, trabajo, salud, pero, este año, recurrentemente, escuche a muchas personas implorando, con lágrimas en los ojos, “justicia”. ¿Será que estamos tan mal en este tema? Parecería que estamos sumidos en la injusticia a todo nivel y en todo espacio, por eso la gente, con tanta emoción, clama “justicia” y obrar correctamente.

Y acá se abre el eterno debate interno que a todos nos pone en modo filosófico, para decidir entre lo “justo” y lo “correcto”, pero, ciertamente, me quedé pensando en esto. ¿Será que nuestras autoridades con sus actitudes y conductas estén realmente fuera de lo “justo” o lo “correcto”?

Tal vez, de esto emerge que es mejor hacer lo “justo” o lo “correcto”, cuando muchos creen que de acuerdo a una definición del diccionario, estos términos serían sinónimos, pero como concepto filosófico terminan siendo lo opuesto.

Por ello, debo nombrar a Domicio Ulpiano, ya que de todas las definiciones que se han dado a lo largo de la historia respecto de “justicia”, quizá la más conocida es aquella que decía qué es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su propio derecho”, una máxima que fue defendida también por Tomás de Aquino. Asimismo, para Ulpiano, el derecho consistía en tres reglas o principios básicos: “vivir honestamente, no dañar a los demás y dar a cada uno lo suyo”.

Ahora bien, para un mejor entendimiento, la idea de “correcto” también puede usarse en el lenguaje escrito. ¿Me entendistes?, pero al terminar de escribir estas dos palabras me autocorrige el equipo con el subrayado de color rojo, indicando que no es correcto, la expresión adecuada es ¿me entendiste?, de donde colijo que lo “correcto” es hacer las cosas sin errores.

Otro motivo por el cual me lleva a escribir este artículo es el video que me envía un amigo, por WhatsApp, y que trata de un profesor abusivo, que ingresa a su clase y sin ningún motivo echa a uno de sus estudiantes y pregunta ¿para qué sirven las leyes? y alguien responde, para que haya “justicia”. El profesor vuelve a preguntar ¿para qué sirve la justicia? y otro alumno responde, para salvaguardar los derechos humanos y el profesor vuelve a preguntar ¿actué correctamente al expulsar a su compañero? y todos responden ¡nooooo! El profesor dice, “entonces cometí una injusticia” y hace llamar al expulsado y, agarrándole del hombro, vuelve a preguntar ¿por qué nadie hizo nada al respecto?, y en tono alto refiere, para qué queremos leyes y reglas, si no disponemos de la valentía para llevarlas a la práctica. Cada uno de ustedes tiene la obligación de actuar cuando presencia una injusticia, ¡todos!, no vuelvan a quedarse callados nunca más, cuando no defendemos nuestros derechos perdemos nuestra dignidad y la dignidad no se negocia.