Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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NOESIS

Evo, el ch’uteador

Evo, el ch’uteador
Es triste en lo que ha devenido Evo Morales: de usar la cabeza a ch’uteador de pandilla. La acepción aymara de ch’utear, según los entendidos, no solo hace referencia a patear sino a ejercer la violencia física y se convierte en una amenaza que incita a la acción. Ahora bien, qué provoca estas expresiones de violencia? En 2017, el Gobierno impuso la Ley General de la Coca (906). La ley legaliza la coca del Chapare y la pone al mismo nivel de la coca de los Yungas, pasándose por encima lo establecido en la CPE que en su artículo 384 señala que “el Estado protege a la coca originaria y ancestral”.

En el afán de orientar a sus bases, dirigentes yungueños recurrieron a profesionales para que expliquen los antecedentes socio-históricos, estado de situación y perspectivas de la hoja de coca en el contexto del actual Gobierno y su Ley. En esta labor tuve el honor de compartir testera, en diferentes momentos, con varias personalidades. La entrada que rompió el cerco yungueño fue a Coripata, a la comunidad Coscoma, abril 2017. Willian Bascopé y mi persona fuimos invitados por los dirigentes a la cabeza de don Benito Mamani. Por ser primera vez, nuestra entrada fue acompañada de varias medidas de seguridad, pues los anfitriones nos informaron que los masistas les habían amenazado con: “esos no van a venir; si vienen no van a llegar, si llegan no van a dormir aquí y no va haber ningún seminario”. Y es que hasta entonces, los Yungas era territorio azulado por donde lo vieras: en las elecciones municipales las votaciones a favor del MAS no bajaban de 70 por ciento y en las nacionales superaban el 80 por ciento de apoyo.

“Eso era antes”, nos decía don Benito, “los Yungas ya no son del MAS desde el 21F y porque estos están matando nuestra vida, nuestra hoja de coca igualándola con la coca ilegal del Chapare”. Además, continuaba, “no hacen nada por el pueblo. Les hemos dado todo nuestro apoyo y nos han devuelto palo y desprecio. Ustedes no teman, las bases van estar en el seminario”, aseguraba con sus sesentones ojos de esperanza y endurecidos en las luchas sociales. Entramos con el doctor Bascopé en horarios y rutas diferenciadas, además, con protección de comunarios de Coscoma. Nos alojaron en una casa alejada.

Coscoma abrió la senda y después Adepcoca siguió la ruta. De esa manera, a pedido de sus bases, visitamos todos los municipios y centrales afiliadas a Adepcoca. Los masistas no pudieron detener la voluntad de las comunidades. En su segunda etapa, las bases ya no solo quieren preparase para la denuncia y la resistencia, sino también en temas de liderazgo.

Así, al Ch’uteador le molesta que en Yungas está emergiendo una nueva generación de dirigentes dispuestos a defender la CPE, la democracia, su voto y sus derechos.