Irán y Europa han centrado sus expectativas en las pequeñas y medianas empresas para mantener los lazos comerciales y salvar así el acuerdo nuclear de 2015, tras la retirada de Estados Unidos y la reimposición de sanciones, pero las compañías no ocultan sus dudas.

Ante los anuncios de multinacionales europeas, con grandes intereses en el mercado estadounidense y muy expuestas a sus sanciones extraterritoriales, de que deberán abandonar sus negocios en Irán, las negociaciones se enfocan en conseguir que compañías más pequeñas trabajen con el país persa en esta época difícil. La República Islámica ha exigido para permanecer en el acuerdo nuclear que se garanticen los beneficios económicos del pacto, que limita el programa atómico de Teherán a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.

La tarea se presenta complicada debido a la posición estadounidense de no otorgar exenciones a las empresas de terceros países con el fin de que la presión sobre Irán sea mayor.

En una reunión en Viena este mes entre los ministros de Exteriores del resto de países firmantes del acuerdo nuclear con Irán -Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania-, se reiteró el compromiso con el pacto aunque sin aparentes avances en las negociaciones. La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, aseguró que se están buscando vías para proteger los intereses de Irán de las sanciones de EEUU, que entran en vigor en agosto y noviembre próximos, dependiendo del sector de actividad.

Entre estas medidas, destacan preservar los canales financieros con Irán y las exportaciones de petróleo y gas, incentivar más inversiones y apoyar a los agentes económicos que cooperan con la República Islámica, especialmente las pequeñas y medianas empresas. El ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, afirmó que el paquete europeo es "insuficiente" e "inexacto", aunque dio la oportunidad a "poner en práctica los compromisos".

La incertidumbre es alta después de que compañías como la petrolera francesa Total, el fabricante de automóviles PSA o la naviera Maersk anunciaran el cese de sus actividades en Irán si no logran exenciones de EEUU, pese a las medidas adoptadas por la Comisión Europea, como el llamado "estatuto de bloqueo" contra las sanciones.

Por ello, Zarif subrayó recientemente que "la clave para resolver los problemas actuales es colaborar con pequeñas y medianas empresas".

Para trabajar con las pymes, tanto los europeos como los iraníes deben identificar a las empresas de ambas partes que puedan establecer esta nueva forma de colaboración que, según Zarif, beneficiaría al sector privado de Irán, donde hasta ahora tienen más peso las compañías semiestatales.

Al respecto, el portavoz de Exteriores, Bahram Qasemí, afirmó en una reciente entrevista con EFE que en Europa hay en proporción muchas pymes y que gran parte de ellas "puede que no tengan acciones en EEUU ni relaciones comerciales con ese país".

Por su parte, la secretaria general del Servicio Europeo de Acción Exterior, Helga Schmid, destacó que se está diseñando una iniciativa para que un centenar de pymes lancen en breve negocios en Irán.

Pese a los alentadores mensajes que intentan enviar las autoridades europeas, sobre el terreno numerosas empresas temen que sus negocios en Irán no queden protegidos de las sanciones (...)