Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 03:42

PERMANECIERON EN LA GRUTA DESDE EL 23 DE JUNIO

Logran "lo imposible" salvando a 13 atrapados en cueva tailandesa

Los últimos cuatro menores y el entrenador de fútbol estarán internados al menos una semana para restablecer su salud. Recién anoche, los padres pudieron abrazar a sus hijos.
Logran "lo imposible" salvando a 13 atrapados en cueva tailandesa


Equipos de rescate con buzos de varios países lograron "lo imposible" en Tailandia al rescatar con vida a los 12 niños y al entrenador que quedaron atrapados en una cueva del norte del país, el pasado 23 de junio.

Cuatro de los escolares salieron de la caverna el domingo, otros cuatro el lunes y el resto lo hizo ayer.

Ekapol Chantawong, el entrenador de los menores, que tienen entre 11 y los 16 años y juegan en el equipo juvenil de fútbol "Jabalíes salvajes", fue el último en abandonar la gruta.

"Hicimos posible lo imposible", anunció entre aplausos Narongsak Ossottanakorn, portavoz oficial de la misión.

Los trece integrantes de la escuadra juvenil permanecerán durante al menos una semana en cuarentena en el hospital provincial de Chiang Rai para someterse a un completo chequeo de salud y reponerse.

Anoche, como una medida excepcional, los familiares pudieron abrazar a los rescatados.

Los rescatados son sometidos a extremos cuidados, porque se encuentran con las defensas bajas y pueden enfermar con facilidad.

"No sabemos si esto ha sido un milagro, ciencia o no sé qué. Los 13 están a salvo fuera de la cueva", publicaron en Facebook los cuerpos de élite de la Marina, quienes han sido ayudados por un contingente de voluntarios internacional.

Los 12 escolares y el entrenador, de 26, se internaron en la gruta tras un entrenamiento de fútbol, cuando una súbita tormenta comenzó a inundar la cavidad y les cortó la salida.

La hazaña de los buzos para salir de la caverna

BANGKOK Las 13 personas atrapadas en la gruta Tham Luang fueron salvadas en medio carrera contra el tiempo, marcada por el riesgo de que se produjeran nuevas lluvias o se terminara el oxígeno que, efectivamente, hora tras hora, se reducía peligrosamente, según BBC.

Cada niño fue escoltado por dos buzos profesionales durante los casi cuatro kilómetros que les separaban del exterior: uno por delante cargándole el tanque de aire de 12 litros y otro por detrás reforzando la seguridad del pequeño. El camino estuvo guiado por cuerdas de 8 milímetros de grosor, y alumbrado por focos estáticos y linternas portátiles que vistieron los rescatistas atadas a la parte posterior de la cabeza.

Previamente, se perforaron más de 100 orificios, que sirvieron para instalar bombeadores de agua. El trabajo diario de socorristas posibilitó que casi 3.5 kilómetros pudieran ser recorridos sin tener que bucear. Los niños y el entrenador tuvieron que bucear 500 metros, tras aceleradas clases en el interior de la caverna.

La complicación estuvo en la estrechez de varios pasillos, que obligó a sacarse las bombonas de oxígeno y realizar escorzos para seguir avanzando.