“Mi hijo nació con parálisis cerebral. Los especialistas le hicieron una cirugía en las piernas. Cuando le sacaron el yeso lo llevamos a un centro especializado para que reciba terapia, pero luego de un mes no veíamos buenos resultados. Mi cuñada que trabaja en Brasil nos habló de un lugar especializado y lo llevamos. Ahí, inició su recuperación. Ahora, se desenvuelve con facilidad y hasta asiste a un colegio regular”, dijo Alfredo Anaya, propietario del centro Luz y Esperanza.

La experiencia con el menor de sus tres hijos, lo llevó a plantearse la posibilidad de abrir un lugar especializado que ofrezcan condiciones y terapias adecuadas para superar las secuelas que dejan las enfermedades neurológicas.

Como ese centro, que es privado, en Cochabamba hay siete más donde los menores reciben atención y ayuda para su rehabilitación de forma gratuita, ya que dependen del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges).

La responsable de esa dirección dependiente de la Gobernación de Cochabamba, Casimira Rodríguez, informó que dos de los siete son administrados de forma directa, mientras que los restantes cinco fueron delegados a instituciones religiosas y Organizaciones No Gubernamentales (ONG).

El Gobierno departamental invierte más de dos millones de bolivianos para solventar los gastos y mantener abiertos esos lugares donde los niños, adolescentes e, incluso, personas mayores reciben teparia para superar los problemas físicos, mentales y visuales.

DOS MODALIDADES Los siete centros trabajan con dos modalidades. Una es que los menores permanecen internados porque sus condiciones físicas y mentales obligan a los profesionales a tenerlos con atención y seguimiento las 24 horas del día.

La otra modalidad consiste en un apoyo por horas.

Los padres llevan a sus hijos en días y horas señaladas por los especialistas.

“Todas las intervenciones se realizan de manera gratuita. Nosotros tenemos un presupuesto para garantizar la rehabilitación”, manifestó Rodríguez.

POBRES La mayoría de los más de 700 pacientes que son atendidos en los siete centros provienen de hogares de condiciones humildes de las zonas urbanas y rurales del departamento.

La Directora relievó el apoyo decidido que dan los padres de familia a sus hijos en el proceso de rehabilitación.

Añadió que hay algunos casos, principalmente de menores que están en el sistema cerrado de atención, donde los progenitores los dejan en los centros y se “olvidan” de ellos.

“Me alegra ver que ahora los padres se preocupan más por sus hijos que tienen problemas físicos o mentales. Buscan ayuda y los acompañan en el proceso”.

Comentó que hace algunos meses la madre de un niño con problemas físicos le pidió que le ayude a internarlo en un centro para que sea atendido. “ Me dijo que no tenía con quien dejarlo. Ahora, veo que el menor está bien. Desarrolló capacidades increíbles y acompaña a su madre, que es una líder”.

EN FAMILIA El coordinador general del Sedeges, Germán Ordoñez Serrano, indicó que los padres que llevan a los menores a los centros que atienden solo por horas se involucran de forma directa en el tratamiento.

Sucede lo mismo en el centro Luz y Esperanza, donde no solo asisten los progenitores, sino que también acuden los hermanos menores y mayores.

CONTROL Ordoñez señaló que no tienen información de algún centro privado que ofrezca terapia para tratar a menores con problemas físicos, mentales o visuales.

Añadió que Sedeges es el ente regulador, es decir que cualquier emprendimiento de ese tipo debe contar con la autorización de esa repartición.

Sin embargó, reconoció que “no tienen personal para controlar toda la ciudad”, por lo que no tienen ningún centro registrado y autorizado.

“Normalmente actuamos cuando recibimos alguna denuncia o dato”.

APOYO SOCIAL Anaya explicó que si bien es cierto que el centro, que demandó una inversión de más de 50 mil dólares paraequipamiento y acondicionamiento, es privado, también dan apoyo a algunas familias que no están en condiciones de pagar las sesiones.

Actualmente, tienen unos 20 pacientes, la mayoría son niños, del grupo tres son apoyados.

Indicó que alrededor de un 25 por ciento de los pacientes que llegan al centro son del interior del país.

De hecho, el lunes cuando este medio de comunicación visitó el lugar, vio a una niña que estaba pasando su primera sesión de terapia. Tiene parálisis cerebral.

La menor estaba muy sonriente y sociable mientras una fisioterapeuta le ayudaba a ejercitar sus piernas y brazos.

Anaya dijo que su centro no tiene fines de lucro, ya que mientras que en otros lugares cada sesión tiene un costo de hasta 150 bolivianos y solo son de 40 minutos, en Luz y Esperanza ofertan la hora completa a 75 bolivianos.

Padres

Los padres juegan un papel importante en la rehabilitación de sus hijos. En todos los centros se les permite participar en el trabajo.

Apuntes

Constitucionales

* La Constitución Política del Estado, en el artículo 70, señala que toda persona con discapacidad, incluyendo a los niños, goza de los siguientes derechos:

1. A ser protegido por su familia y por el Estado.

2. A una educación y salud integral gratuita.

3. A la comunicación en lenguaje alternativo.

4. A trabajar en condiciones adecuadas, de acuerdo a sus posibilidades y capacidades, con una remuneración justa que le asegure una vida digna. 5. Al desarrollo de sus potencialidades individuales.

Terapias

* El centro Luz y Esperanza utiliza dos terapias que ayudan a rehabilitar con más rapidez y eficacia a los niños que tienen problemas morices por enfermedades neurológicas.

* La primera, que es aplicada desde hace casi tres años, es Pedia suit, que consiste en trabajar en la fuerza muscular porque existe una relación directa entre la fuerza y ​​la función motora.

* La otra se denomina Bobath que es una intervención orientado al movimiento y el control postural.